Hay
películas que te tiras tanto tiempo deseando ver, que cuando al fin
lo haces se convierten en una enorme decepción. Ganándose su puesto
con todos los honores, 'Una Historia de Violencia' de David
Cronenberg acaba de entrar de cabeza en esa infame lista, no estando
-ni lejanamente- a la altura de lo que me habían vendido de ella. Y
aunque desconozco si en su momento ya era así, si el tiempo no la ha
tratado bien con todo lo que de ha estrenado durante estos últimos
diez años o solo cosas mías. Pero si algo me ha llamado
especialmente la atención ha sido la catastrófica actuación de
Maria Bello como sufrida mujer de Viggo Mortensen.
Probablemente
esté siendo injusto, quizás haya algo que no he apreciado, pero
verla forzar el llanto hasta en las situaciones menos oportunas
-concluyendo a carcajada limpia por mi parte cuando trata de
ahogarlas en el hombro de su esposo-, está entre lo más
demencialmente hilarante que he visto en mucho tiempo. Que hubiera
estado nominada incluso a un par de premios importantes es algo que
se me escapa. O quizás no, porque en las partes en las que a su
personaje le corresponde aportar serenidad o protagonizar escenas
tórridas con Hidalgo, la actriz cumple de sobra. Pero cuando
le toca ponerse dramática... El Jeremy Irons de 'Dragones y
Mazmorras' debe estar orgulloso.
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