Estás
esperando un tren. Un tren que te llevará muy lejos. Tú sabes dónde
quieres que este tren te lleve, pero no sabes dónde te llevará.
Pero no importa, porque allá donde te lleve estaremos juntos.
Palabras del canto de sirena con el que Mal hace efectivo su embrujo
hacia Cobb, arrastrándolo a unos abismos que bien podrían ser los
del propio Christopher Nolan.
A
pesar de haber tonteado antes con el blockbuster, hay algo
diferente en 'Origen' que la convierte en un punto de no retorno.
La inflexión en la carrera del director de la trilogía de El
Caballero Oscuro, a partir de la cual no sabe hacer otra cosa y se ve
condenado a convertirse en un engranaje en las fauces de la bestia
del taquillazo. El director de 'Memento' y 'El Truco Final'
desaparece, dejándonos a la víctima voluntaria de la promesa de
amor eterno cálida a la vez que envenenada del gran público. Nolan
les pertenece y no están dispuestos a dejarlo escapar.
Hay
un momento clave a lo largo de la cinta en la que uno de los
personajes proclama “Su subconsciente está militarizado”,
frase tan absurdamente estúpida como brillante, que casi parece un
desesperado intento del Nolan de antes para darnos un diagnóstico
racional de lo que ha ocurrido. ¿Por qué hay tiros y hostias a
tutiplen en 'Origen'? Porque el público así lo exige. Es el nuevo
lenguaje por el que toca regirse si no quieres que invoquen a la
parca de la decepción, el fracaso o el “Estas sobrevalorado”, y
da igual si tu historia va sobre el paradigma de Mariló Montero o un
sugerente relato noir sobre ladrones de sueños. Debe haber tiros. Y
fanfarria. Mientras más ruidosamente epatantes mejor.
Entumecido
y deslumbrado a manos de un sueño eterno con forma de éxito, Nolan
acababa de vivir el momento que Cliff Robertson definió como
“en el que decidirás el hombre que serás durante el resto de tu
vida” en cierta película de Sam Raimi (que también vendría bien
para el caso). Pudiéndose haber narrado perfectamente como un
melancólico relato onírico sobre la desconexión de la realidad,
para Nolan 'Origen' fue cuando decidió que ya no se conformaba con
nada pequeño, y que a partir de ahora todo lo que salga de sus manos
será tan grande y monstruoso como la solo la mayor maquinaria de
Hollywood lo permita.
Porque
sí. Porque el sueño es cómodo y acogedor, y mientras duré seremos
tan serviles como para dejarnos mecer en sus brazos y hacer todo lo
posible para contentarlo y tener su favor. Al menos esperemos que en
el proceso no perdamos del todo al Nolan de antes, y que si en algún
momento el gran público le da la espalda por cualquiera de sus
vicios y defectos -o simplemente es el propio director quien se
aburre del blockbuster- podamos reencontrarnos con sus antiguos
fueros.
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