jueves, 19 de febrero de 2015

Silk #1, de Robbie Thompson y Stacey Lee


La compañía del silencio. Hay algo fascinante en la idea de la persona araña que fue picada a la vez que Spider-Man, y que en lugar de pasar los últimos 52 años -13 en el universo Marvel- luchando contra el crimen mientras trataba de tener algo parecido a una vida, ha permanecido encerrada en un búnker aislada del resto del mundo. Una idea hija de J.M. Straczynski y su Ezekiel, y que Marvel ha decido recuperar en la forma de Cindy Moon. Silk

Sorprendiendo a todos tanto cuando la editorial decidió darle colección propia como cuando se anunció que había superado las expectativas agotando la primera impresión de su primera entrega, el potencial de Silk como superheroína con síntomas de desconexión de la realidad y principios de agorafobia es enorme. No en vano, hablamos de alguien que ha estado viviendo sola más tiempo del que nadie debería pasar, sin más compañía que una pantalla de plasma y una voz pre-programada. Una situación muy real desde que comenzaran a darse los primeros casos de hikikomori en Japón, y cada vez más presente desde que convertimos nuestros hogares en uterinos refugios y la tecnología nos permitió comunicarnos, trabajar y desarrollar nuestra vida social desde la sacrosanta protección de nuestro búnker.

Independientemente del grado de aislamiento social con el que desarrollen sus vidas, la falta de destreza para expresarse física o verbalmente a través de la palabra en boca está entre los principales signos característicos, así como la tendencia a retraerse en si mismos o eludir las multitudes cuando se vuelven demasiado “íntimas”. Algo de lo que esta Silk podría haber sido una magnificación, como lo fue Sigourney Weaver en 'Copycat' de Jon Amiel. 

Sin embargo, el guionista de 'Supernatural' Robbie Thompson rechaza las monsergas, negándose a que su protagonista sea víctima de sus miedos y proclamando que ante todo quiere vivir. Así que evitando el melodrama de la exageración que podría resultar de retratarla a través de sus inseguridades, Thompson opta por ofrecérnosla ante todo como una persona real.


Una que -casualidades de la vida-, no se siente cómoda entre las aglomeraciones, que rehuye a establecer vínculos personales demasiado prolongados y vive constantemente en el recuerdo de su pasado, pero que continúa determinada a recuperar el tiempo perdido luchando contra el crimen y poniendo en orden su vida.

El resultado es una serie optimista y luminosa, en la línea de todas las herederas del 'Daredevil', 'Ojo de Halcón' y 'Batgirl', destacando especialmente por el maravilloso dibujo de Stacey Lee. Entre el manga y el cartoon europeo, la dibujante es la responsable final de toda la belleza, cercanía y humanidad que despiden cada una de las páginas de este primer número de la serie.


En lo que respecta al guión, todavía es pronto para tener claro si Thompson ha acertado, o si ha pecado de apostar por la normalización en lugar de meterse de lleno en aquello que diferencia a Cindy de otros personajes. Pero de momento consigue que la protagonista resulte creíble, rodearla de un entorno atractivo y conseguir que sus inquietudes resulten lo suficientemente interesantes como para volver el mes que viene a por más.

No es un amor a primera vista, pero si un hasta luego con disposición a segunda cita.

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