Actualmente
un tanto desdibujado por ese Tobey Maguire siniestro que lo
interpreta en la pequeña pantalla, el mayor atractivo de Oswald
Cobblepot nunca ha estado en lo sanguinarios que pudieran ser sus
crímenes o en llevar a cabo coloristas fechorías de temática aviar
con paraguas trucados. Descendiente de una de las más antiguas -en
toda la expresión de la palabra- fortunas de Gotham, es la
faceta de El Pingüino como rostro deformado del lado más
ruin y decadente de la alta burguesía donde siempre ha dado lo mejor
de sí. Un especulador sin escrúpulos en plena zona de guerra, como
si Peter Lorre dirigiese el Café de Rick tras engañar a
Humphrey Bogart para morir en su lugar. Todo ello, como mera escusa
para mostrar otro dibujo de Javier Fernández con el que dejar
claro que el murciélago le llama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario