'Rogue One', anatomía de un reparto

Mucho antes de que los Vengadores se reunieran en el cine para quebrar la taquilla con una cifra que uno solo no podía lograr, el concepto de dream team de leyenda arrastraba más canas a sus espaldas que La Búsqueda del Vellocino de Oro. Todo antiguo heleno era un seleccionador en potencia, pudiéndose encontrar mil versiones de quién se embarcó en el Argo, en las que el principal elemento en común fue la necesidad de reunir a lo más selecto de la crême la Grecia clásica en una aventura en la que pondrían a prueba sus habilidades, mientras el receptor disfrutaba ensimismado de un relato en el que competían, luchaban espalda contra espalda, vivían desencuentros y hasta morían por el camino.

En el cine, es muy probable que fuera 'Los Siete Samuráis' de Akira Kurosawa la primera en dejar huella en este campo, con el inolvidable Kikuchiyo de Toshiro Mifune y sus camaradas dando inicio a una prole continuada por 'Los 7 Magníficos', '12 del Patíbulo', 'Depredador' o aquella cuadrilla de Frank Sinatra, que décadas más tarde derivara en 'Ocean's Eleven'. Personalmente siempre he tenido especial simpatía por aquel Blood Pack de 'Blade 2' creado específicamente para servir de carnaza en las fauces de los segadores, pero que solo con su presentación en pantalla conseguían lo que cualquier creador de ficción aspira: Molar, y que sintieras el impulso de recordarlos a todos y cada uno de ellos mientras iban cayendo uno a uno en pantalla. 

Una fórmula que parece ser la recurrida para la próxima película de Star Wars 'Rogue One' (Escuadrón Rojo), una suerte de 'Expendables' de la Alianza Rebelde ubicada en vísperas de 'Una Nueva Esperanza', y que estará protagonizada por un escuadrón suicida enviado para infiltrarse en la Estrella de la Muerte y robar sus planos antes de que sea demasiado tarde para detener al Imperio. Bajo la batuta de Gareth Edwards, que el director de 'Godzilla' nunca haya estado entre mis cineastas predilectos, no evita que entre la estética sucia de campo de batalla retrofuturista que transmite la primera imagen promocional -ah, aquellos días de 'Battlestar Galáctica' 2004...- y el elenco de protagonistas elegidos hayan conseguido que de repente sienta tanto o más interés por 'Rogue One' como por 'El Despertar de la Fuerza'.

Mucho tenía que ver ya el tener a Felicity Jones como protagonista, esa actriz con tanto futuro por delante, y que si bien se quedó sin poder ser la Gata Negra en 'The Amazing Spider-Man 3', su papel como esposa de Stephen Hawking en 'La Teoría del Todo' le hizo mostrar más huevos que el 99% de las estrellas de acción de los noventa. Chuck Norris siempre tendrá su pata de media vuelta y nadie va a ser capaz de quebrar pescuezos como Steven Seagle. Sin embargo, la cara de determinación de aquella mujer cargando a cuestas con Eddie Redmayne por las escaleras haría que te temblasen las rodillas al mismísimo Sísifo.

Pero sin con ella no bastase, resulta que en algún momento debí perderme que el @#$%& One Eye estaba también en la cinta, convertido en una especie de samurai espacial de volumen masivo y melena digna para ser el primo chungo de Inmortan Joe. Apenas acaba de dejar un 'Hannibal' de culto sin vistas a renovación, y Star Wars ficha a Le Chiffre Mad Mikkelsen para unirse a 'Rogue One'. ¿Se le puede dar más categoría a esta cinta?

Parecía imposible, pero solo así puede describirse el contar con un come-escenas profesional capaz de aguantarle el tú a tú a Ryan Gosling o Tom Hardy. El gran público quizás solo lo conozca por su papel como Daggett en las garras de Bane ('El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace'), pero a mi Ben Mendelsohn ya me tenía ganado entre su despreciable personaje en 'Animal Kingdom' -creo que pocos actores han conseguido que llegue a odiar a un personaje de forma tan deliberada- como por su rol de mentor / colega en 'Cruce de Caminos'. Ni siquiera recordaba que era uno de los alpinistas locos de 'Límite Vertical', pero cada vez tengo más claro que tengo que ver 'Starred Up' de David Mackenzie.

Diego Luna por el contrario es alguien a quien a penas tengo el gusto de conocer más allá de su rol de sidekick en 'Elysium', no habiendo visto 'Y tu mamá también', 'Open Range', 'Milk' ni ninguna otra de sus películas por las que tan buen reconocimiento tiene. Imagino que todo rat pack necesita su Matt Damon / Horst Buchholz, aunque quizás lo estoy prejuzgando por ser el miembro aparente del reparto.

Un reparto que para terminar de ser memorable con la inclusión del maestro de artes marciales Donnie Yen, báculo en mano. Protagonista de esa trilogía de 'Ip Man' que todavía tengo ahí, pendiente de ver -como todo buen ignorante de las virtudes del cine de artes marciales oriental-, conocerlo únicamente por 'Blade 2' y unos cuantos vídeos repartiendo castañas debería ser delito. Pero prometo ponerle solución algún día.

Con quien no tengo ese problema es con Forest Whitaker, viejo conocido desde su contundente papel en 'Juego de Lágrimas' y 'Platoon', y que debe haber participado en tantas películas que he visto, disfrutado o sufrido que me costaría llevar la cuenta. Siendo 'El Último Rey de Escocia' y 'Species' las que más fácilmente me vienen a la memoria entre lo bueno y la diversión más caspa, todavía estaría por ver si su ausencia se debe a que su personaje será por captura de imagen o contaremos con su gigantesca presencia en carne y hueso para 'Rogue One'.

Artista de hip hop metido en esto del cine, a Riz Ahmed lo conozco únicamente por su papel como becario de Jake Gyllenhaal en 'Nightcrawler' y creo que con eso ya es más que suficiente para tenerle una buena cantidad de aprecio.

Aprecio que -al no haber visto aun 'Firefly' ni 'Dollhouse'- quizás no tenga a Alan Tudyk más allá de su papel como Sonny en 'Yo, Robot' o 'El Tren de las Tres y Dies'. Especialista en prestar voz, el actor que proclamase aquello de “Turbotástico!” en 'Rompe Ralph' se encargará de un personaje mediante captura de imagen, lo que implica que en España no veremos o escucharemos demasiado de él.

Y para terminar el Jonathan Aris de 'Sherlock', actor que como al resto probablemente no conozca ningún hombre de bien que haya dedicado su vida a desarrollar una prospera carrera laborar y llenar de prole el mundo -de esos que al cine solo van para entretener a los críos y para los que el cine es lo que se pone de fondo para escuchar un par de explosiones con argumentos clónicos- pero que como todo buen enfermo del medio tengo en placer de conocer, aguardando su reunión en pantalla más que cualquiera le las colegadas entre Sly y compañía.