Hoy
ha sido uno de esos días frustrantes, en los que no te queda más
remedio que reestructurar tu agenda para intentar salir a flote,
rematado por dos perlas que parecían planeadas para golpearte a
bocajarro y terminar de hundirte en la miserias. Dos absurdas
nimiedades sin verdadera trascendencia alguna -ojala fuera todo lo
malo que me aguarda para el resto del año-, pero que en esos
disparatados cúmulos de circunstancias que ofrece la vida, te hacen
hincar la rodilla en el suelo como ese director Skinner escandalizado
por un titular en el que el Presidente proclama que la
escuela apesta.
El
caso es que llegaba yo tan contento con mi mundano, gris y
perfectamente intercambiable día de mierda, y me encuentro por
cortesía del compañero Ovidio con unas líneas de Borges
proclamando eso, que si a los españoles nos va mal es porque somos
unos mediocres y unos miserables. No es que me frustre que lo diga,
porque lleva más razón que un santo. Pero quizás eran demasiados
palos para lo que tenía el cuerpo.
Sin
embargo, la coqueta guinda del pastel de mierda ha sido un a
tomar por culo en forma de
cotilleo en primicia de Rich Johnston, revelando que DC arrastra dos
millones de pérdidas desde que iniciaron
DC You, y que los de
arriba ya les han dado un toque para dejarse de Batgirls
y volver a la dieta de la carne, menudillo y garrafón de siempre.
Así que no more 'Prez', se acabo 'Martian Manhunter', a parla los
'Omega Men', por la misma senda el 'Bizarro' estilo Pixar, lo mismo
para 'Gotham Academy' y a deshacer a prisa y corriendo al Superman en camiseta.
Básicamente
todo lo que me había hecho volver a disfrutar de la nueva
DC en vías de salir
disparado a la papelera, en un nuevo volantazo producto -no ya de una
directiva cerrada, sino de- unos lectores que dicen que esto
de hacer buenos cómics que es,
que mejor vuelvan a la poner a Batman en todos lados y las series con
gore dibujadas por Brett Booth más guiones de Liefeld. Malo cuando
haces cómics malos, peor cuando rectificas para a ofrecer un
catálogo estimulante y variado, me quedo entre crecer en mi aversión
hacia la apatía inalterable del lector actual, o rendirme a la
evidencia de que hoy se han propuesto a quitarme hasta esos pequeños
entretenimientos livianos para las horas muertas del día.
Con
el disparate de que ni siquiera haya tenido oportunidad de catar aun
Canario Negro, Doctor Destino o We are... Robin mientras ya suenn
vientos de cancelación, mejor me limito a disfrutarlas lo que duren y dejo internet por hoy, no sea que me
encuentre que hay gente jubilándose a los 30 años, y ya termine de
cagarme en todo.
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