De entre las incontables
discusiones sobre cómics en las que he participado, algunas de las
más encendidas han sido quizás las relativas a la religión de
los superhéroes. No faltando lectores que lo consideran tabú
por razones diametralmente opuestas, a mi nunca me han estorbado ya
sea para añadir un extra de realidad a unos personajes que -como en
el mundo real- tienen una serie de creencias a veces ligadas a
religiones conocidas, como base para relatos de carácter social o
para añadir elementos místicos a sus respectivos universos. No en
vano forman parte de nuestro fondo cultural y como tal tienen mucho
que ofrecer.
Siendo un tema que se
presta a opiniones muy polarizadas, una de las controversias más
singulares que he podido atestiguar, la de un aficionado que se
preocupaba por la ausencia de representación del cristianismo
entre la proliferación de otras minorías
étnicas, ideológicas o de cualquier otro tipo en la Marvel actual.
Quizás sea la perspectiva del zagal que tiene el montón de
caramelos más gordo -y a quien empiezan a quitarle para repartirlos
equitativamente entre los demás- porque yo al menos nunca he tenido
esa sensación.
Sobre
todo teniendo en cuenta como mucho antes de que la Ms Marvel Kamala
Khan paseara por Marvel, ya hemos podido ver desde el catolicismo
piadoso de Rondador
Nocturno o Espirita al
integrismo radical del Reverendo
Stryker y sus
Purificadores o el Cruzado, pasando por la tormentosa visión de la
vida de Punisher, Capa y
Puñal, Aurora o Eddie Brock,
aquellos que no se toman sus creencias con tanta rigidez como Mancha
Solar, Hulk o Howard el Pato
o con los que sus creencias en el Dios del cristianismo trino se
mezcla con tradiciones geográficas concretas como pueden ser
Banshee, Gambito, Araña o
Santa Ana. De entre
todos, con pocos ha dado tanto juego como es en el caso de Daredevil,
quien aparte de protagonizar recientemente un saga en la que tiene un
fuerte protagonismo el labor de las misioneras en África, se
convierte en el foco de este interesante artículo de El Vuelo de la Lechuza
por Carlos Javier González Serrano.
Centrado
en como influyen sus creencias en sus convicciones como superhéroe
mientras establece paralelismos con la obra de Unamuno, no terminar
sin recomendar su lectura y agradecer al señor Juan Antonio Recuero
por facilitarlo.
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