martes, 25 de agosto de 2015

Extraordinaria Patrulla-X, argumentos que se escriben solos


Si bien en colecciones como los Vengadores o la Liga de la Justicia son algo más secundario o prácticamente están ausentes, cuando hablamos de la Patrulla-X, la relaciones entre los personajes -con todos sus amores y desamores- son un factor determinante de sus historias. Tal es así, que cuando pensamos en las grandes etapas del grupo es imposible no hacerlo también en las dudas de Cíclope por una Jean Grey que llegó revolucionando las hormonas del grupo, la entrada en escena de Lobezno y el triángulo amoroso con la pelirroja y el líder de los X-Men, cuando el canadiense salió del complicado tira y afloja para ceder paso a Emma Frost, el interés romántico de Kitty Pryde por Coloso y un largo etcétera de compañeros, Mariposa Mental y Arcángel, la fijación sexual entre Mística y el Hombre de Hielo, el tierno amor de Sapo por Vaina o la entrada en escena de Namor, está vez para hacer tambalearse la relación entre Cíclope y la Frost.

Siendo una franquicia en la que el aspecto humano de sus protagonistas tiene casi más relevancia que sus identidades enmascaradas, no es de extrañar que todas estas debilidades con la que se construye la vida estén tan arraigadas en el genoma del grupo. Como título estandarte de la nueva etapa que comenzará en octubre, la Extraordinaria Patrulla-X de Jeff Lemire puede tener mucho que decir en este aspecto. En ella, no solo volvemos a tener una alineación cerrada tras varios años en los que -Patrulla-X primero o Lobezno y la Patrulla-X después- fueron una suerte de cajón de sastre mutante para todo el que pasara por allí, sino que el elenco elegido cuenta con un fuerte vínculo y a preestablecido, pero que a la vez le permite al guionista un amplio margen de maniobra en lo que a relaciones entre personajes se refiere. 



Que en la portada del tercer número ya juegue con recuperar la tensión entre Jean Grey y Lobezno a través de la versión adolescente de la primera y el Old Man Logan de Millar y McNiven, ya es buena señal de que toda esa vorágine de sentimientos, con las dudas, pasiones y miedos de los personajes va a tener un lugar especial en la colección. Entre el material culebronesco de primera que ofrecen estos personajes al guionista de 'Animal Man', Lemire podría desde explotar lo que supondría para un Rondador Nocturno siempre propenso a dudas propias del cine de Woody Allen al verse compartiendo una atracción mutua con la hermana de su mejor amigo Coloso Illyana Rasputín -ambos medio demonios, ella de carácter intratable y buscando dejar atrás su lado oscuro, mientras que él un ser piadoso que se enfrenta al suyo propio-, como podría suponer que el Hombre de Hielo se plantease seriamente su sexualidad (sin dar pasos acelerados, por favor, toda progresión es más sólida mientras más orgánico sea su desarrollo).


Pero donde de verdad tiene oro para poder explorar uno de esos conflictos personales con múltiples bandas, de esos que hacen historia y que además sería sumamente coherente con las últimas historias de los X-Men, es con la líder de esta Extraordinaria Patrulla-X Tormenta. Haciendo una ligera retrospectiva con su historia reciente, la jinete de los vientos puede que no haya vivido su mejor momento de popularidad durante los últimos años, pero si que ha atravesado grandes cambios desde que sacrificase su matrimonio con Pantera Negra para apoyar a sus compañeros mutantes. Incluso la relación con su hermano de armas Coloso se vio dañada por el extrañamiento, lo que la dejaba en una situación especialmente vulnerable, agravada por otros duros tragos como la muerte de Charles Xavier.


Sin embargo, el dolor, la frustración y la pérdida no son sentimientos a los que Ororo Monroe no esté acostumbrada, por lo que mientras varios de sus compañeros se venían abajo, ella tomo la decisión de ser la fuerte. De mantenerse entera y firme para servir de asidero al que se pudieran aferrar sus compañeros mientras guardaba todo el dolor y desengaño que pudiera sentir para si misma. En ello jugaría un importante papel el apoyo con Lobezno, con quien Tormenta retomaría su relación de mucho más que amigos que introdujese Chris Claremont años atrás. Con la dispersión de títulos que hay actualmente en la franquicia es probable que para muchos esta relación nunca haya pasado del follamigueo casual entre dos amigos cuya confianza y total falta de complejos no conoce ataduras ninguna.


De hecho nunca ha habido ningún tipo de vínculo formal entre los dos miembros de la Segunda Génesis. Simplemente eran Tormenta y Lobezno, ambos amaban, vivían la vida con una pasión desaforada y abrazaban de una forma completamente libre su sexualidad. Sobre todo cuando estaban juntos. Pero si formáis parte de los que además leísteis el 'Lobezno y al Patrulla-X' de Jason LaTour, sabréis que en realidad la relación entre Ororo y Logan no tuvo nada de casual ni de pasajera. Ambos llegaron incluso a vivir varios años virtuales dentro de la cultura de El Mundo, en un emotivo pasaje en el que se mostraban completamente entregados el uno al otro.


Pero entonces Lobezno murió, volviendo a dejar a Tormenta sola para cargar sobre sus hombros todo el peso de la Patrulla-X, y así ha sido hasta este momento en el que -tras Secret Wars- se ve obligada a tomar las riendas del último reducto de los X-Men mientras los mutantes vuelven a afrontar la extinción. Por suerte para ella no esta sola, sino que cuenta a su lado con sus amigos y hasta de un enigmático Logan entrado en años, como una versión todavía más madura del Lobezno que ella conoció y del que finalmente se enamoró. Pero resulta que este Logan no es el mismo del que se vio obligada a despedirse, sino un tipo elusivo que evita implicarse demasiado con la gente tras haber sufrido el indescriptible dolor de haber sido manipulado para matar a los X-Men de su tiempo. 

 
La barrera está ahí para caer fulminantemente sobre los sentimientos de Tormenta como una losa, pero ¿qué ocurre si además esta versión cauterizada de Lobezno comienza a buscar refugio en uno de los momentos más intensos de su vida? ¿Qué pasa si acude al fogoso amor de aquella con quien se nos dijo una y otra vez que eran almas afines? ¿Podría soportar Ororo que tras todo lo recorrido, del dolor que ha necesitado tragar para mantenerse fuerte y recibir con los brazos abiertos a la versión juvenil de la que fuera su mejor amiga, que fuera a esta a quien la atención de Lobezno terminara eligiendo? La tensión está ahí para quien quiera aprovecharlo, con el extra del conflicto que debe suponer para el canadiense encontrar con una Jean tan joven.


Que no es que no hubiera ya una enorme diferencia de edad entre aquel Lobezno de ochenta años y aquella Jean de 20 que tenían en el momento en el que se conocieron. Pero entre 20 y los 17-18 el balón comienza a estar demasiado cerca del larguero, y aunque el canadiense tiene una larguísima tradición a la hora de ejercer como mentor de jóvenes de su edad sin que aparezcan sentimientos extraños, con la pelirroja la base ya estaba presente y ella ha dejado bastante claro que no tiene ningún tipo de miedo a la hora de buscar refugio en hombres bastante mayores que ella. 


Tres mutantes representando los tres estadios principales de la vida del hombre, juventud, madurez y ocaso, y con unos sentimientos muy marcados entre ellos que -como ya digo- bien aprovechados podrían ser oro. Que Jeff Lemire y Humberto Ramos lo vayan a aprovechar ya es otra cuestión, pero el potencial está ahí, y solo por lo que puedan dar de si con este elenco ya tienen mi atención.


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