A la hora de reivindicar
un supervillano olvidado, es habitual que los guionistas tiren por la
opción de hacerlo mucho más peligroso y complejo, como podría ser
el caso del Mano Negra de Geoff Johns en la franquicia
Lantern. Da igual si eras un fulano embutido en un traje de sado,
Matador o la Rana Saltarina. Por medio del arte del tebeo te
convertirás en una seria amenaza que hará la vida imposible al
superhéroe, e incluso podréis compartir un momento íntimo de
enemigos jurados al más puro estilo de 'La Broma Asesina'.
Una práctica que a veces
funciona y otras no tanto, especialmente cuando el guionista de turno
confunde complejidad con “monstruo sanguinario” y amenazante con
tener menos registros que un villano de John Travolta. Así han
surgido atrocidades como cualquiera cosa que hayan hecho con El
Acertijo tras la marcha de Paul Dini o el intento de convertir a
Sapo en una mente maestra del terrorismo mutante allá por los
noventa.
Pero, ¿qué pasa si el
guionista en cuestión opta por la vía contraria? ¿Si en lugar de
otorgarle más dignidad, seriedad imponente y peligrosidad, decide
devolverlos al suelo para reencontrarse con la dura realidad? Esa es
la vía por la que se ha decantado Nick Spencer en su
altamente disfrutable 'Ant-Man', un cómic a medio camino
entre la aventura suburbana y la sátira desmitificadora, en la que
además de mostrar las miserias de su protagonista lo hace con la de
los antagonistas y villanos que le rodean. Personajes como el
Maquinista, Fuego Cruzado, el Escarabajo y Grizzly que pudieron ser o
no alguien, y que por varias razones lidian con la decepción y el
fracaso de no haber conseguido nada realmente meritorio en su vida
dedicada al crimen.
La humillación de caer
del Olimpo de los enmascarados para verse obligados a lidiar con las
mediocridades del hombre corriente, en esta tragicomedia de
superhéroes que -al igual que ya hiciera con sus 'Enemigos
Superiores de Spider-Man'- nos recuerda que tras los planes de
dominación mundial y las tramas estrafalarias para acabar con la
vida de sus enemigos, los supervillanos también son personas.
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