Dentro de las historias
jamás contadas de la Patrulla-X que aguardan la venida de un
guionista que se atreva a ir más allá de los caminos establecidos,
no deja de llamarme la atención el escaso provecho que se ha sacado
a la dupla Rondador Nocturno / Magik. Una asociación que
ofrece infinitas posibilidades en el entorno sobrenatural del
universo Marvel, pero a la que apenas se la ha sacado partido (quien
sabe si por la similitud de sus habilidades teleportadoras).
Contraste viviente entre
el demoniaco aspecto derivado de su herencia mutante y su férrea fe
cristiana, Kurt Wagner es un ser piadoso dedicado a la virtud.
Un aventurero de piel azabache envuelto en sulfuro, conectado a
fuerzas sobrenaturales que rechaza pero no teme. El desertor del
infierno hijo de Azazel, que tras ganarse un lugar en el cielo,
volvió a traspasar la barrera transdimensional para regresar junto
aquellos a los que amaba.
Una suerte de
“anti-Constantine” que conoce perfectamente la cara del diablo,
pero que se enfrenta a él armado con compasión y humanidad. Dos de
los atributos que perdió Illyana junto a su inocencia, el día
que el copo de nieve de los Rasputín fue arrastrada al Limbo para
convertirse en esclava y aprendiz de Belasco. Al contrario que
Rondador Nocturno, Magik no nació como una criatura infernal, sino
que se fue transformada en ella como víctima de siete años de
martirio en una dimensión ajena a la nuestra. Una niña rota que se
enfrentó a los monstruos que le arrancaron el alma para hacer lo que
les placiera, no con virtud y amor al prójimo, sino con brutalidad y
sangre.
Dos demonios muy
diferentes, pero que no pueden escapar a lo que son. Él amante de la
esgrima y acompañado por la legión de bamfs como recuerdo de su
único pecado. Ella, con una dimensión demoníaca corriendo por las
venas y armada con su espada alma. Conectados por la amistad con
Kitty Pryde y el hermano de la segunda, nunca entenderé el empeño
de Claremont en vincular al elfo azul con sucedáneos como Amanda
Sefton, cuando Rondador Nocturno y Magik -la original, Illyana
Rasputin- son la pareja perfecta. El investigador de lo sobrenatural
sereno y cabal frente a la soberana del averno de carácter irascible
y temperamental. Un demonio de vocación angelical y un trozo de
cielo arrastrado a la condenación que se complementan mutuamente.
A espera de ver como les
afecta a ambos la Secret Wars y si en el futuro sus caminos se
cruzan, el saga Marvel va a reunirlos de nuevo, en el territorio que
festeja los acontecimientos de 'Inferno'. Allí, Dennis Hopeless
y Javier Garrón se han desecho completamente de la humanidad
de ambos, con una Illyana que regresa a su forma más pura, escamosa
y desnuda de Darkchylde, junto a un Rondador Nocturno convertido en
una criatura a medio camino entre los perros de 'Cazafantasmas' y el
imaginario de H.R. Giger. Dos formas muy diferentes a la que estamos
acostumbrados a verlos, pero tan sugerentes como la idea de tenernos
de nuevo juntos. Que lo que todavía no ha unido la continuidad, lo
aproxime las llamas del evento.
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