Es inevitable dejar parte
de uno mismo en la obra creada. Una constante que no solo permite
identificar las influencias de un autor, sino también analizar sus
inquietudes y preferencias. En el caso de Rick Remender, hay
una figura presente a lo largo de la mayor parte de su producción, y
que le persigue como una suerte de fijación edípica por el padre.
Ya sea adentrándose en la sci-fi más pulp con obras de corte indie
como 'Fear Agent' o en sus trabajos para Marvel, el guionista de 'Los
Vengadores: La Colera de Ultron' siempre acaba volviendo a la
relación entre padre e hijo, como uno de los temas capitales de su
bibliografía.
Una relación padre e
hijo que suele presentar truncada y con imposibilidad para la
reconciliación, en la que el vástago normalmente ejerce la función
de hijo pródigo descarriado y herido. Esto ha servido de base para
trabajos tan loables como su andadura 'Veneno' o todo lo
relativo a Frank Castle y al hijo de Billy Russo en 'Punisher',
siendo también rastreable en un Capitán América cuyo padre nunca
pasó de ser una nota a pie de página hasta la llegada de Remender,
la trama de los Gemelos de Apocalipsis o la relación entre Kaos y la
Avispa en el Planeta X. Hablamos de un guionista que en Imposibles
X-Force creo al villano conocido como 'Padre' y a 'Los
Descendientes', por lo que cualquier especulación está más que
superada.
Pero si bien por lo
general estas tramas han sido el combustible de algunas de las
mejores historias de Remender, hay ocasiones en las que ha cambiado
la naturaleza de determinados personajes por forzar su visión sin
ser tal vez la más adecuada. Porque no todas las relaciones
paternofiliales son iguales, pero en el universo de Rick Remender
parece imperar la idea del hijo castrado, incapaz de validar su
madurez hasta recibir la aprobación del padre. Un enfoque muy
diferente al del Lucifer de Mike Carey por poner un ejemplo, y que
hizo que Daken pasara de ser un Maquiavelo sexagenario
consternado por la imposibilidad de dejar atrás la sombra de su
padre, a un adulto adolescente que necesitaba desesperadamente la
atención del progenitor.
Interpretaciones lo llaman, y aunque los personajes de ficción están abiertos a las mismas, no siempre tienen que convencernos. Así ha sido mi caso en lo que atañe a su aproximación a la relación entre Hank Pym y Ultron en la novela gráfica publicada simultáneamente en Estados Unidos y España. Una aproximación que si bien tiene la interés y mantiene ese aspecto de tragedia griega con mallas de superhéroes, da la impresión que está mostrada justo al revés de como debería ser. Porque se nos habla de que Pym trató de matar y no al revés, y porque se nos muestra a un Ultron incapaz de ignorar su conexión afectiva con su creador, cuando nunca la hubo más allá de la necesidad de superarlo como pugna inter-generacional.
Luego hay otras adiciones
muy acertadas -especialmente las que sirven para introducirnos en la torturada mente de Pym-
y alguna que otra secuencia que haría que a Sigmund Freud le
estallase la cabeza. Pero en lo que respecta a la relación entre Pym
y Ultron, no creo que acierte en su forma de plasmarlo, otorgando al Vengador un poder que nunca ha existido sobre las decisiones y actos de su creación.
Más, cuando si algo definía al origen de Ultron fue su precocidad y
el impulso inmediato de matar al padre. El parricidio sustitutivo como
eterna contienda entre presente y futuro, tan trasladable al ciclo
entre padres e hijos como a la transición entre especies que tan a menudo se aplica al conflicto entre hombres y máquinas. Un parricidio de carácter mitológico, en el que Ultron jugaba el rol de hambrienta descendencia que necesita aniquilar al progenitor para convertirse en él, pero nunca como
juguete roto marcado por el dolor del abandono, ni que busque ser entendido para llenar la herida abierta.
Nota:
Agradecimientos por la imagen a Juanan Brundle.
Y Juanan debe agradecerle a Ander que publicara la captura :D
ResponderEliminarLa verdad, no estoy muy puesto en los Vengadores clásicos mas allá de Asalto a la Mansión y La Guerra Kree/Skrull, así que puede que la reinterpretación de Ultrón no me pique tanto. Ganazas de tener en mis manos este cómic.
Sea o no la clásica, más algún que otro detalle que chirría, no se le puede negar a Remender que su enfoque es muy interesante. Así que sí, si hay ganas e interés échele el guante, que es bastante disfrutable
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