A
pesar de tener la cinta clásica de John Frankenheimer entre
mis tareas pendientes, siempre he tenido un gran aprecio por el
remake de 'El Mensajero del Miedo' firmada por Jonathan Demme.
El director de 'El Silencio de los Corderos' tomó lo que con toda
probabilidad es una de esas historias que nunca dejan de ser actuales
y que deberían ser recuperadas cada x años, para recordar que nos
mantengamos vigilantes frente a la podredumbre que anida en esas
esferas más allá del poder visible. En las circunstancias que nos
encontramos, Paramount Channel no podría haber elegido mejor
momento para emitirla.
Perversa
y malsana, 'The Manchurian Candidate' podría ser una
aterradora distopia futurista si no fuera por lo que todo lo que
ocurre sucede en tiempo real. Una angustiosa pesadilla de la que no
puedes despertarte, y que acecha en cada esquina con forma de
banderas y promesas electorales. Colorida fachada para una maquinaria
hambrienta de poder que se alimenta de humanidad y lo aniquila todo a
su paso, Demme supo construir una atmósfera ponzoñosa de la que no
hay escape posible, en torno a un grupo de ex-combatientes unidos a
través de unos tormentosos sueños, demasiado terribles como para
poder asumirlos como ciertos.
Con
sus primeros planos más allá de la comodidad del espacio personal y
la sibilina banda sonora de Rachel Portman, el veneno de 'El
Mensajero del Miedo' se extiende por todas partes, en la que debería
ser la plantilla base para cualquier adaptación de 'Arma-X'
que se precie. La penetrante mirada de una mujer islámica de rostro
tatuado, cirujanos sonrientes que aparecen de la nada, paredes
corrientes que se abren como fauces para engullirnos en sus asépticas
entrañas... Solo basta una llamada, y la balsa de aceite de lo que
damos por cierto se disipa, dejándonos a merced de aguas negras
infestadas de pirañas.
Denzel
Washington prestó la cercanía de su percha de hombre integró
para un juguete roto que ni siquiera era consciente de serlo,
mientras que la frialdad inexpresiva de Liev Schreiber y una
descomunal Meryl Streep hicieron el resto. Con Joe Wright al
borde de la esquizofrenia, los infinitos ojos azules de Vera Farmiga
y John Voight y Roger Corman aportando una falsa sensación de
respetabilidad, 'El Mensajero del Miedo' es una de esas cintas que
conviene tener siempre cerca. Más ahora que nunca, para no olvidar
de donde mora el verdadero peligro.
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