sábado, 4 de julio de 2015

Superman ilegal


Detenme si lo habías escuchado antes: Un grupo de ciudadanos se reúne en las calles de Metrópolis festejando sus convicciones. Es una celebración controvertida, dado que lo que defienden no es algo popular para buena parte de la ciudad, pero no dejan de ser un grupo de amigos y vecinos reunidos por algo en lo que creen, de forma pacífica y que busca ser más un homenaje que una protesta a mano alzada. Hay niños, personas mayores, barbacoas caseras, pancartas y farolillos de colores, mientras ríen, se divierten y conversan manifestándose por aquello que les ha reunido. Es entonces cuando aparece la policía.

Si hubiera leído el número #42 de Action Comics hace un año, probablemente habría argumentado que la situación que propone Greg Pak es demasiado irreal. Que las autoridades no arrojarían a los antidisturbios contra un grupo de personas reunidas de manera inconfundiblemente inerme. Que las fuerzas del orden no participarían en una ostentación de poder abusiva y sin miramientos. Que nunca serían ellos los que buscasen la provocación para dar pie al enfrentamiento violento contra una multitud acorralada que se limita a seguir las normas de actuación cívica a pesar de algún que otro exaltado.

Quizás hubiera alegado que lo que ilustra Aaron Kuder parece más propio de una distopia al estilo de '1984' que del mundo real, y que si Superman apareciera para situarse entre manifestantes y autoridades -con los brazos abiertos y cadenas de barco en cada mano- no sería el oficial de los antidisturbios quien se clavase delante de su cara alegando que no le gusta un pelo, y que por todos los años en los que han sido ellos los que han sangrado y muerto mientras él se llevaba la gloria, ahora todos los presentes van a pagar. No con semejante impunidad. No ignorando al reportero que está tomando fotografías de todo lo que sucede para dar constancia al mundo, y no con docenas de testigos que pueden dar fe de que han sido ellos los que han iniciado la refriega. 


Aun aceptando que existen los que abusan de la autoridad dentro de los cuerpos policiales, y que cualquier malnacido en una situación de poder podría valerse de una circunstacia como esa para convertir a las fuerzas del orden en un instrumento de represión entregado al linchamiento, hacerlo con esa flagrante alevosía y desinterés por las repercusiones es demasiado exagerado. Hace un año seguramente habría argumentado esto; hoy, ya no estoy tan seguro. 

Lectura recomendada, El Caso de la Policía Contra Superman en Bleeding Cool

No hay comentarios:

Publicar un comentario