sábado, 18 de julio de 2015

Garth Ennis y la muerte por kiki


Por mucho que nos gustaría poder negar lo fuertemente que está arraigado en nuestro subconsciente, existe una atroz y nauseabunda frivolización del abuso sexual aferrada a lo más profundo, dañino y oscuro de nuestro género. La broma de bar, lanzada entre la embriaguez colectiva de ver quien la suelta más gorda, más adelante validada por ese reducto de ranciedad de los noventa en el que cada vez de forma más clara se está desvelando el universo Groening. Un chiste en forma de los protagonistas masculinos de 'Futurama' capturados por una tribu de fornidas amazonas en busca de sexo a la fuerza, y que además de servir para infinidad de risas bajo el lema '¡Muerte por kiki!', acaba de ser brutalmente aniquilado por la tercera entrega de 'Where Monsters Dwell' de Garth Ennis.

La base de este clásico del humor es tan simple como un grupo indeterminado de hombres a punto de ser violados por una legión de mujeres esculturales hasta la muerte. Sonrisa en la boca. Aparecen los codazos cómplices y el “quién estuviera en su pellejo” revuela en el ambiente. Porque claro, somos tan machotes que semejante condena resulta tan amenazante como poner a Superman frente a un pelotón de fusilamiento, y lo único que nos promete es una fuente de placer infinita. Hay hasta culturas como la vikinga o el islamismo más radical, en las que servía para alentar a genocidas indiscriminados dispuestos a sacrificar sus vidas para reunirse con una legión de mujeres deseosas en lo que solo podía corresponder a la imagen de El Paraíso.

 
La desagradable verdad detrás de lo divertidos que nos resultaban aquellos esqueletos sonrientes con las caderas convertidas en polvo de huesos, es que estamos tan poco familiarizados con el concepto de ser presa potencial continua de depredadores borrachos de lujuria, que únicamente lo podemos procesar como una fiesta sexual sin fin y la forma más dulce de muerte. Porque la ignorancia es atrevida, y desde pequeños hemos sido condicionados pensar que no existe mal que no sea bueno en lo que a tener sexo a través de mujeres se refiere. Que le pregunten a cualquier víctima de violación independientemente de su género.

Pero entonces llega Garth Ennis con su Where Monsters Dwell #3, y tras haber dejado claras sus intenciones de liarla en el final de la anterior entrega, aniquila la broma tirándola por tierra al darle del todo la vuelta a la tortilla. No siendo la primera vez que el guionista norirlandés usa de forma incendiaria el concepto de sociedad formada íntegramente por mujers -ver algunas de las coñas de 'The Pro'-, Ennis convierte a El Águila Fantasma en el Steve Trevor de una tribu compuesta por arquetipos de todas las Shanna, Jungle Girl, Cavewoman, Lorna y el larguísimo etc de atractivas mujeres de la jungla que desde hace eones han poblado la ficción. 


Su reacción inmediata es la de “me ha tocado la lotería”, como habría sido la de prácticamente cualquier otro hombre criado en la sociedad contemporánea. Siendo especialmente reseñable como su expresión se difumina en cuanto se da cuenta como la sonrisa de su compañera de viaje Clementine es todavía mayor que la suya, no tardamos en descubrir que lo de ser acogidos por una tribu de mujeres diez y el 'Muerte por kiki' quizás no era tan divertido como imaginábamos.

El chiste prosigue más allá de la zona de confort masculina, jugando con otros conceptos tan divertidos en torno a la esclavitud sexual como puede ser la exclusión social en toda su amplitud, la objetivización de un género hasta privarlo de identidad, miembros entumecidos, el sometimiento a castigo físico en caso de negación, el desamparo o la ablación genital. Penurias cotidianas que se ven obligados a sufrir los habitantes varones de esta sociedad ficticia, de la misma forma que cientos de miles de personas lo sufren todos los días en el mundo real solo por haber nacido en el sexo equivocado

Narrado con la habitual falta de restricciones, rechazo a cualquier forma de remilgo y carga directa de la que hablaba el compañero Jordi T. Pardo sobre Ennis, quizás sea conveniente echarle un ojo a 'Where Monsters Dwell' para ver la película desde la otra cara de la moneda, y pensárselo dos veces antes de bromear a la ligera con ciertos temas.

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