domingo, 28 de junio de 2015

Claroscuro de Midnighter


Un cómic puede ser bueno por diferentes razones. Puede tratarse de una obra con unas virtudes artísticas por encima de toda duda, ofrecer nuevas vías narrativas, mimar cada detalle su apartado gráfico o simplemente contener una buena historia. En otras ocasiones, el cómic obtiene una importancia extra aparte de la calidad de sus páginas, gracias a lo que implica dentro del entorno en el que se publica (la trayectoria de su personaje protagonista, editorial, público, el mundo en general...). Un factor capaz de convertir cómics buenos -que no sobresalientes- en referentes generacionales, y del que han bebido desde Stan Lee a Frank Miller, pasando por el Increíble Hulk de Peter David o la Capitana Marvel de Kelly Sue DeConnick. Parte de la iniciativa DC You en la que se ha embarcado la compañía de Batman y Superman, el 'Midnighter' de Steve Orlando y el dibujante ACO tiene mucho de eso.

Con todo el mundo celebrando que Barack Obama se haya marcado un triplete histórico aprobando la legalidad del matrimonio universal -ya no sera necesario diferenciar entre matrimonio heterosexual y matrimonio gay- en los Estados Unidos, que una editorial de cómics de superhéroes ofrezca una serie en la que muestra sin tapujos y de forma completamente natural la homosexualidad de su protagonista ya es algo digno de mención. Sobre todo si esta editorial es DC Comics, que en este aspecto siempre ha andado algo coja y parece que al fin se está desmelenando, ya sea por Batwoman, Catwoman o el tono festivo de sus sirenas de Gotham en la serie de Harley Quinn. 


Es cierto que tampoco es algo estrictamente necesario, ya que un lector gay no tiene porque sentirse inmediatamente predispuesto a adquirir las series por la sexualidad de su protagonista, y también puede disfrutar otras centradas en personajes heterosexuales. Pero teniendo en cuenta que esta es la excusa a la que suelen apelar lectores hetero que luego descartan colecciones con protagonistas gays porque no son para ellos, que exista la posibilidad de elegir con quien te quieres identificar es dar un paso adelante en lo que a la diversidad del cómic respecta.

Con el escritor de 'UnderTow' Steve Orlando a cargo de la voz del personaje de 'Authority', la nueva serie de 'Midnighter' es como una película de Jason Statham dirigida por Doug Liman o Rian Johnson. Veinte páginas de pura adrenalina con ciencia ficción de último diseño al más puro estilo del Ellis de principios de siglo, sazonadas con atmósfera neonoir y una narración envolvente, en la que la acción bebe directamente del enfoque radigráfico de Nathan Edmondson y los fatalities del nuevo 'Mortal Kombat'. Su protagonista es un lobo solitario con acceso a portales cuánticos continuos que se mueve entre locales de moda y estaciones espaciales futuristas, y al que le gusta dar caña tanto con los puños como por la puerta de atrás.


Si tirásemos de rancio facts más viejos que la ideología de Frank Miller, la mejor forma de describir 'Midnighter' sería como un cómic gay 100% heterosexual. Entendiéndose esto como el tipo de producto que cualquier macho acomplejado consideraría exclusivo de la heterosexualidad más masculina, lo único que le diferencia con una peli de Statham es que es mejor y que el protagonista prefiere ensartar nalgas varoniles en lugar de a Charisma Carpenter. Todo lo demás esta ahí, incluyendo la bravuconería, los barmans que lo acogen como si llevara acudiendo a su tasca desde el segundo día que abrieron, la violencia disparatadamente exagerada y el sexo fortuito con mucho sudor y escenas al borde de los explícito.

En este último aspecto, se entiende perfectamente que DC decidiera no mantener su matrimonio con Apolo tras el cambio de continuidad con los Nuevos 52. No tiene nada que ver con ningún tipo de fobia, simplemente querían tener su gay picaflor en la recamara, para que pudiera tontear con quien se le antojase sin por ello quedar como un cerdo adúltero. Básicamente la misma fórmula que se ha aplicado con las parejas de Spider-Man, Tormenta, Superman o Flash, en lo que probablemente sea el signo más claro de que la normalización también ha alcanzado al matrimonio gay en el cómic de superhéroes.


Recordando mucho por tono al depredador y siempre recomendable Daken de Rob Williams, la mayor pega de 'Midnighter' se encuentra en una narración que oscila entre lo creativo y lo poco claro. Un problema que tienen varios dibujantes actuales -con J.H. Williams a la cabeza-, donde por entregarse a las composiciones de página aguerridas y el ángulo múltiple terminan perdiendo la línea central y resultando poco claros. La escena del restaurante sin ir más lejos, habría resultado mucho más legible sin toda esa tormenta de innecesarios haces eléctricos que sobrecargan las viñetas de ACO y entorpecen más que aportan. Esta claro que el referente en cuanto a estilo es Mikel Janin, pero todavía le queda terreno para llegar a su nivel.

Algo también trasladable a historia, ya que la duración de la cita de Midnighter se prolonga demasiado. No por el tema del encuentro carnal -que dura lo necesario para que la intensidad sea más al estilo de 'Juego de Tronos', que de Epi y Blas o el porno de género-, sino por las vueltas que dan antes de llegar al catre y pasar a otra cosa. Esta claro que este Midnighter está encantado de conocerse, y no le importa pavonearse de sus logros y juguetes tecnológicos cuando se trata del ligue.


Pero en general, el cómic cumple con su presentación. No es redondo, ya que avanza a trompicones, pero lo que ofrece tiene personalidad propia y es algo distinto a lo que puedes encontrar en la práctica totalidad de colecciones de las nueve grandes del cómic americano. Hay acción adrenalínica de alto voltaje, una trama que promete muchos huesos rotos en la búsqueda de alguien que esta tratando de putear al Midnighter de “Os habéis metido con el hijoputa equivocado”, una narración con cierta inventiva y sexo duro tipo 'Sons of Anarchy' con mucho cuero y protagonista gay. Quizás todavía sea demasaido pronto para tomar un veredicto claro, dado que tampoco muestra demasiado. Pero los ingredientes los tiene, y si cualquiera de estos elementos te interesa sin intimidarte ninguno de los otros, esta serie tiene papeletas de poder gustarte.

Nota: Las imágenes pertenecen tanto al número #1 de 'Midnighter' como a la previa a cargo del mismo equipo creativo. 

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