sábado, 27 de junio de 2015

Shogun y Dama Mortal, samurais en tiempos de Lobeznos


Como lector apasionado en todo el entramado de Arma X y lo que dio de sí tras la monumental saga de Barry Windsor Smith, la premisa de 'Lobeznos' se me antojaba a priori bastante atractiva. Es cierto que todo aquel jaleo de borrados de memoria, implantes de recuerdos falsos y conspiraciones gubernamentales se fue de las manos cuando Larry Hama lo enrevesó demasiado, pero posteriores revisitaciones a cargo de autores como Morrison, Yost, Aaron o Remender habían terminado por componer una mitología fascinante con mucho potencial. Que lo que mostrasen las primeras previas recordase tanto a la serie homónima de Frank Tieri -fetiche personal, además de una colección que disfruté horrores- aumentaba un interés que no tardé en perder en cuanto vi como Soule, Fawkes y Marts manejaban aquello. Aun así, en lo leído si que pude encontrar un hallazgo interesante como la relación entre Shogun y Dama Mortal. A partir de aquí, spoilers para quien no esté al día con la edición española de la serie.

Estando entre aquellos a los que 'La Muerte de Lobezno' no solo no les disgusto, sino que además les pareció una buena mini-serie a pesar de sus defectos, la última gran saga del canadiense comenzó a torcerse cuando comenzaron las secuelas, con un 'El Legado de Logan' que dejaba bastante que desear. Los fallos de Charles Soule con sus caracterizaciones extrañas y patadas a todo lo establecido se multiplicaban por x1000 aun cuando manejaba conceptos no demasiado complicados, y tener a Ray Fawkes como segunda espada era como manejar un tandem en el que solo muestra aptitudes para pedalear uno.


Para colmo, de entre los dibujantes asignados tras la marcha de Steve McNiven únicamente parecían salvables uno de cada tres, siendo el siempre interesante Juan Doe de los pocos que tenían algo parecido a una personalidad gráfica (nunca entenderé porque no lo pusieron junto a Mike del Mundo para los números de 'Elektra' de los que no se pudo ocupar). Básicamente daba la impresión de que hasta el propio grupo editorial estaba boicoteando la saga instándonos a mantenernos lejos de ella. Pero el verdadero problema salió a la luz cuando se hizo evidente que el principal atractivo que pudiera tener 'Lobeznos' -ver interactuar a Dientes de Sable, Mística, Daken y X-23 con toda la historia que cargan sobre sus espaldas-, nunca se iba a llegar a aprovechar con unos guionistas que no parecían conocer demasiado bien a los personajes ni cuales eran las relaciones entre ellos.

El momento en el que X-23 pasa de la muerte de Elixir mostrarse preocupada por un Daken con el que nunca ha tenido buena relación fue todo lo que hizo falta para colgarle la cruz a 'Lobeznos', y no acercarme a la serie salvo en ocasiones puntuales para ver si había mejorado. De estos, pude sacar algún que otro detalle positivo, generalmente ligados a aquellos personajes que eran de nuevo cuño o que apenas tenían una continuidad clara. De ahí saldrían el intento de reivindicar a Colmillo de la Guardia Imperial dándole cierto interés con algo parecido a una personalidad, una Fantomelle que al menos como diseño molaba -como personaje ya no se, que no llegué a leer demasiado de ella- o la relación entre Shogun y Dama Mortal. 


Para quien no conozca nada del primero, baste decir que es la última encarnación de Ogun tras tomar posesión de uno de los últimos experimentos de Arma X. No solo ofrece una buena actualización gráfica de un villano de Lobezno que había quedado muy devaluado con los años, sino que la combinación de las personalidades de ambos resultaba más interesante que el perenne villano de opereta. Pero además la hija de Lord Viento Oscuro Yuriko Oyama tenía oportunidad por vez primera de ser algo más que una tía cabreada que entra en escena buscando sangre y venganza.

Con el peculiar código del guerrero del Bushido a sus espaldas y una relación en la que no estaba claro si querían matarse o amarse, no solo había química entre unos Shogun y Dama Mortal que por primera vez en mucho tiempo volvían a sonar como personajes, sino que con el trono de La Mano de nuevo vacío, quizás sería interesante mantener. Más cuando además cuentas con posibles adiciones como el hermano de la Oyama, el actual Samurai de Plata, el Gorgón y todo lo que resulte de Elektra y el resto tras la Secret Wars, contando con un sugerente material de base para que la organización ocultista nipona vuelva a ser interesante como parcela del universo Marvel a tener en cuenta, más allá de un puñado de ninjas que aparecen en masa a través de la ventana. Sobre todo ahora que La Mano vuelve a estar de moda con la serie de Daredevil


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