De
todos los personajes de la mitología de Batman, Bat-Mito
es probablemente uno de los más difíciles de reivindicar de cara al
lector contemporáneo. Fruto de una época mucho mas naif en el que
la sobreprotección al menor y el abuso de las drogas provocaron
estragos, siempre se puede alegar a su favor, de que tampoco
desentona de los tiempos de Cartoon Network en los que vivimos. Una
época en la que Mapache Cohete se ha convertido en una de las
estrellas de Marvel y a poco que te descuides, te protagoniza un
blockbuster rompetaquillas junto a Howard el Pato, Spider-Ham, Doop,
la Rana Thor y compañía.
Pero
hablamos de Batman,
personaje que desde que Frank Miller existe es la sobrecompensación
hecha personaje, y no puede permitirse ser ridículo ni reírse de si
mismo (no sea que empecemos a plantearnos que solo es un millonario
extravagante al que le gusta vestirse de murciélago). Porque él es
Batman, y los duendes de la quinta dimensión con ojos grandes y
mejillas sonrosadas no caben en sus historias.
De
vez en cuando llega un guionista que da en la tecla, ya sea Grant
Morrison con su Hombre Murciélago trastornado o Paul Dini con la
genialidad de cada una de sus aportaciones a 'El Intrépido Batman'.
Pero hasta estas tienen detractores, convirtiendo a Bat-Mito en un
personaje que es mejor coger con pinzas.
Así
nos trasladamos a la DC actual, dejando los prejuicios de lado para
atreverse a apostar por la variedad de géneros, y Bat-Mito le dan
serie propia para dar rienda suelta al lado más surrealista y
disparatado del universo del murciélago. Una serie que aun
ubicándose en el entorno de Batman, sin tomarse en serio su
pertenencia a este, y que además cuenta con el factor de una
dibujante (Corin Howell)
muy apropiada respecto al que debería ser el tono de la serie. Hasta
ahí bien.
Pero
entonces te encuentras con que el responsable de los guiones es ¿Dan
Jurgens? Lo mismo se me
ha escapado algo a lo largo de su carrera, dado que el tipo lleva ya
un buen puñado de años en el gremio. Pero tirando de lo que sí
conozco, lo cierto es que difícilmente se me ocurre un guionista
menos apropiado para una serie de estas características.
Y
aunque siempre queda posibilidad para la sorpresa, no ha terminado
siendo así, resultando en un cómic de presentación que recuerda a
una de esas series que buscaban emular a los 'Animaniacs'
sin tener la chispa de los 'Animaniacs'. Como le está ocurriendo a
Cullen Bunn con Masacre en su mini-serie de la 'Secret Wars', el
cómic de Bat-Mito parece partir de la base de que su protagonista es
divertido solo por estar ahí, resultando en un número bastante
blando que probablemente solo satisfaga a peques con pocas
exigencias.
Se
agradece al menos que la editorial apueste por material que
diversifique su catálogo, pero comparado con los recientes Lil'
Gotham, a este Batmito se le echa en falta la magia de la quinta
dimensión.
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