A
punto de comenzar el segundo mes del evento de Marvel Comics,
'Secret Wars' está
demostrando ser el mejor crossover en el que la editorial haya
embarcado desde hace mucho tiempo, y lo es en más de un aspecto.
Seguramente ayude el que nunca haya sido un talibán
anti-crossover y que siempre he
pensado que -como cualquier otro formato de publicar una historia-
los hay buenos, los hay regulares y los hay malos. Así que si eres
un integrista de la novela gráfica y cualquier cosa que se salga del
tomazo de autor te parece ofensiva, ya te puedo advertir que se trata
de un cómic Marvel
con todo lo que eso implica por parte de la misma gente que Civil War
o Vengadores vs Defensores.
Con
eso en mente, y aun a riesgo de dejarme llevar por el entusiasmo de
las primeras impresiones, el evento capitaneado por Jonathan
Hickman está resultando
ser un acierto muy necesario de cara a limpiar la devaluada imagen de
los crossovers. Especialmente tras el daño causado por catástrofes
como 'La Batalla del Átomo', 'Pecado Original' o 'Axis', siendo
imposible encontrar un evento publicado por las grandes que no
terminase siendo un desastre sin remontarse bastante atrás (hasta
'Infinito', en concreto). Una situación que no invitaba a albergar
demasiadas expectativas para este tipo de proyectos, y que por fin
parece estar enmendándose con la 'Secret Wars'.
Hickman y Ribic
Y
es que al contrario que cualquiera de las citadas, la maxiserie
central de 'Secret Wars' no transmite la impresión de ser algo que
un editor se ha sacado a última hora de la manga, ni que Hickman se
haya visto desbordado al trasladar su historia a un evento. En las
dos entregas publicadas hasta el momento, se trata de un relato
perfectamente estructurado en el que el guionista de Vengadores
y Nuevos Vengadores no
parece estar sujeto a ningún tipo de presiones más allá de
continuar la historia que lleva desarrollando desde hace tres años,
y lo sigue haciendo dentro de sus propios términos. Lo mismo podría
decirse de Esaad Ribic
quien si bien no llega al monumental nivel de Thor, está a años luz
de cualquier manchurrón dejado en el último número de 'La Batalla
del Átomo'.
Tampoco
aparece la molesta sensación de historia incompleta
que resulta cuando la trama de un evento se divide entre demasiados
tie-ins. En ningún momento entra en juego la insatisfacción de
estar perdiendo algo si únicamente lees lo escrito por Hickman. Y
aun estando repleta de menciones a detalles explorados en las series
de complemento, lo hace de forma suficientemente sutil para que
únicamente seas consciente de las conexiones si lees los otro, no
por notar la ausencia de algo. Una cohesión nada exigente para el
lector pero si muy agradecida, y que está más próxima a la de
aquella Marvel de sus días de gloria que al si quieres
saber como continúa esto, pasa por caja
que tanto tememos.
Los implicados
Esta
cohesión se ve incrementada por el mayor grado de coordinación que
un evento haya presentado en mucho tiempo. Si en un cómic principal
o satélite se dice que El Maestro no participa en una reunión
porque está haciendo los recados, ten por seguro que en su serie lo
verás comprando el pan. Con esto, Hickman y Marvel han conseguido
construir uno de los entornos más vivos que se hayan dado en un
crossover. Uno en el que
Mundobatalla no se siente
como un monstruoso pastiche mal encajado de lo que se está contando
aquí y allá, sino que se transmite como algo palpable y tangible.
Un marco que de verdad está sucediendo dentro de un universo de
ficción, y cuyas piezas encajan con precisión milimétrica con cada
cómic que leemos.
Pero
lo mejor es que lo logra sin necesidad de ponértelo en la cara a
base de cuadros explicativos que señalen que las aventuras de tal
personaje continúan en la colección tal, ni de estar aguardándote
con la costilla puesta a la espera de que salte en cuanto sigas las
miguitas de pan. Como ocurre con la maxi-serie central, cada uno de
los tie-ins de 'Secret
Wars' es hijo de su padre
y de su madre, y funciona como su propia historia. Desde este punto
de vista, es de agradecer que -sobre todo tras el empacho de
'Convergencia'- la editorial haya apostado por la diversidad,
pudiendo encontrar infinidad de tonos, enfoques, estructuras y
propuestas.
Tie ins para todos los gustos
Lejos
de usar una misma tijera para todos, entre las series satélites de
'Secret Wars' podemos encontrar pulp de aventuras, western, wuxia de
artes marciales, relatos apocalípticos de ciencia ficción... Hay
colecciones que relatan los últimos días del universo Marvel
mientras se aproxima a la boca del lobo, otras que exploran
diferentes dominios del Mundobatalla sin apenas mención al resto del
crossover, otras que hacen lo mismo pero aprovechando todo el tablero
dispuesto por el evento, tampoco faltan las concebidas para
enriquecer el hilo central de Hickman como aquellas que simplemente
se valen de la Secret Wars para continuar tramas en marcha. E
independientemente de cual te interese más, si lees una serie de
Peter David o Garth Ennis
tienes la impresión de estar leyéndolos a ellos, y no de que hayan
perdido la personalidad frente a cualquier tipo de mandato editorial.
'Secret
Wars' esta siendo por resumirlo de alguna forma, el ejemplo de lo que
todo crossover de estas proporciones debería ser. Algo peligroso en
parte -no sea que compañía y consumidores nos acostumbremos a lo
bueno-, pero que debería servir de ejemplo para cualquier otro
evento que llegase en el futuro. Sólido, vivo y con la sensación de
que no solo aprovecha lo que plantea, sino que además te está
contando algo, las impresiones del primer mes no podrían ser más
positivas. Ahora solo queda desear que el evento prosiga por esta
línea, y que esta primera aproximación sea algo más que un
espejismo. Con este mapa resumen de lo sucedido en el primer mes -no
clickar si no quieres ningún tipo de spoilers-, toca esperar para
ver que nos ofrece este junio, y que la 'Secret Wars' siga
in crescendo.
El primer mes de Secret Wars
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