domingo, 14 de junio de 2015

Actores genéticamente mejorados


Con el estreno de 'Jurassic World', todo hijo de vecina que creciera durante los ochenta-noventa se ha vuelto loco con un festival de dinosaurios encabezado por el Indouminus Rex. Un nuevo dinosaurio 2.0 más letal, más grande, más mejor y con más disparatadas habilidades que rozan el territorio de SyFy. ¿Creado por qué? Creado porque sí. 

¿A quien le importa la ética de la manipulación genética cuando puedes crear una máquina de matar perfecta que se te desmadre y convierta tu parque temático en una bacanal de sangre? El Loro Pulpo no adorna la entrada de los laboratorios de InGen porque sí. 

 
Pero si bien la mayoría de aficionados a la franquicia está preocupado por el enorme disparate que supone el nuevo dinosaurio de 'Jurassic World' y las cuestiones morales que acompañan el crear una bomba genética que te estalle en la cara, a mi hay algo que me inquieta mucho más: B.D. Wong. ¿Cómo puede ser posible que mientras en la actualidad Sam Neill, Jeff Goldblum y Laura Dern luzcan como la prueba viviente de que el tiempo no pasa en balde, el genetista de la primera película de 'Parque Jurásico' parezca haber despertado en una cámara de criostasis?


Han pasado 23 años desde que John Hammond abriese su parque, y el actor de 54 años parece estar igual. Así que menos preocuparse por las cadenas de nucleótidos extra que pueda llevar en su ADN el Indominus Rex, y más preguntar que experimentos está realizando InGen con los actores de 'Jurassic World'.

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