Es
todo un reto volver a empezar de cero. El desamparo solitario de la
página en blanco, y el desafío que supone construir algo por ti
mismo desde la nada. Una situación tan estimulante como
intimidatoria, a la que cuesta acostumbrarse cuando has pasado
demasiado tiempo como animal de equipo. Son tantas las costumbres
aprendidas y las comodidades de ser un engranaje más, que lo fácil
es buscar una plaza de pasajero y simplemente dejarse llevar. Pero
aunque formar parte algo más grande tiene sus encantos, no es
incompatible con mantener una parcela personal a la que regresar cada
vez que necesites recordarte porqué haces lo que haces.
Podría
estar hablando del quinto número de la nueva serie de
'Spider-Woman', como podría hablar de mi mismo cuando decidí
crear Líneas Cinéticas para dar cabida a todo aquello que
por temática o porque ya hay otros compañeros encargados de ello,
no tendría sentido en Cultture o Zona Negativa. Una situación no
muy diferente a la que vive Jessica Drew, en un cómic que
supone el comienzo de una nueva etapa, tras el prólogo ligado a
Spider Verse que fueron las primeras cuatro entregas.
Lejos
de la lucha por la supervivencias frente a eventos de extinción
masiva, de las redes pan-dimensionales de hombres araña, las
invasiones alienígenas y los intrincados planes de SHIELD, Dennis
Hopeless devuelve a Spider Woman a las calles, para plantar cara
al crimen en su forma más básica. La de una víctima atemorizada en
mitad de un callejón y su torvo asaltante.
Estrenando
modelo para la ocasión, con un diseño a lo Asami muy acorde
con el nuevo entorno, Spider-Woman vuelve a Nueva York, sin
más intención que la de ser una heroína y ayudar a todo aquel que
lo necesite. Sin embargo, el tiempo no pasa en balde, y Jessica no
tardará en darse cuenta no solo de que sus habilidades y criterio
están bastante oxidadas, sino que el escenario actual es mucho más
complejo que en el que se labró una reputación como superheroína.
Desde
la actitud la policía frente a unos vigilantes que ya no son
enmascarados anónimos -sino individuos con nombre y apellido- hasta
el imparable avance de las redes sociales en contraste con los
renqueantes últimos baluartes de la prensa escrita, Dennis Hopeless
nos ofrece una versión actualizada del marco clásico del
superhéroe, en el que abundan los dinosaurios que resisten como
pueden al imparable avance del tiempo. Dinosaurios como la propia
Jessica Drew, que con optimismo kamikaze y cierto punto de cinismo
trata de reencontrarse consigo misma en un mundo que ya no existe, y el que abundando las bromas a costa de su culo-traje.
Siendo
además providencial haber leído este cómic de Spider Woman el Día
Internacional de la Mujer, el guionista de 'Lovestruck' y
'Vengadores Arena' da una importante visibilidad a las habitantes
femeninas del universo Marvel, ya sea por la propia protagonista y
las figurantes con las que se encuentra en su camino, como por una
acertadísima trama que aborda los avatares a los que se enfrentan
todas esas mujeres anónimas del universo Marvel que hay más
allá de las habituales peleas entre enmascarados.
Pero si alguien consigue que Spider-Woman termine de brillar como merece, es el dibujante Javier Rodríguez. Que si bien con su paso por la mini-serie de 'El Duende' había dejado muy claro que estábamos ante otro de los grandes talento españoles dentro del mercado americano, consigue hacerse con Jessica Drew desde la primera página, con un estilo a medio camino entre Chris Samnee, Daniel Acuña y Jamie McKelvie. Pasar del estatismo de Greg Land al brío narrativo de Rodriguez, con sus sugerentes composiciones de página, sus juegos de color y personajes llenos de vida despeja cualquier duda que se pudiera tener sobre esta serie.
Pero si alguien consigue que Spider-Woman termine de brillar como merece, es el dibujante Javier Rodríguez. Que si bien con su paso por la mini-serie de 'El Duende' había dejado muy claro que estábamos ante otro de los grandes talento españoles dentro del mercado americano, consigue hacerse con Jessica Drew desde la primera página, con un estilo a medio camino entre Chris Samnee, Daniel Acuña y Jamie McKelvie. Pasar del estatismo de Greg Land al brío narrativo de Rodriguez, con sus sugerentes composiciones de página, sus juegos de color y personajes llenos de vida despeja cualquier duda que se pudiera tener sobre esta serie.
Y es
que entre 'Silk', 'Spider-Gwen' y ahora esta nueva dirección de
'Spider-Woman', la franquicia arácnida parece empeñada en
ponérnoslo difícil a la hora de decidir cual es nuestra mujer araña
favorita. Tan enaltecedoras como diferentes entre sí, Spider-Man
puede tener las llaves del reino, pero son ellas las que hacen que la
parcela del Hombre Araña sea una de las franquicias más
interesantes de la actualidad.
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