Aterrizar
en una colección tras una de las mejores etapas de su historia es un
arma de doble filo. Por un lado cuentas con el respaldo del núcleo
de seguidores cosechado por tu predecesor. En la otra cara de la
moneda, decir que las expectativas serán muy altas y que van a mirar
tu trabajo con lupa apenas cubre el castigo al que vas a recibir.
Pero si encima hablamos de la etapa que mejor ha sabido definir a Ojo
de Halcón en cincuenta años de historia, la pregunta que
inevitablemente surge si formas parte del equipo creativo que se
enfrenta al reto de venir después es “¿y ahora que hago yo?”
En
respuesta a esta pregunta, el primer número del 'All-New Hawkeye' de
Jeff Lemire y Ramón Pérez apuesta por una estructura en dos
tiempos, en la que dos tramas ambientadas en diferentes momentos de
la vida del protagonista avanzan en paralelo. En la situada en el
presente, el guionista de 'Green Arrow' se muestra continuista a lo
hecho por Fraction y Aja, con la dupla formada por Clint Barton y
Katie Bishop en pleno asalto a una base de Hydra.
Lemire
mantiene esa química a medio camino entre 'La Dama y el
Vagabundo' y Emma Peel y John Steed que los había hecho brillar,
en la línea a lo visto en la saga de Madripoor. Con un enfoque más
superheroíco en el que ni siquiera faltan los uniformes para
repartir leña -en su versión más sport, eso sí-, hasta el dibujo
de Ramón Pérez se presenta como una variante de líneas
gruesas y tendiendo a clásica del trazo y los encuadres de David Aja
(con ese estilo a lo 'The Venture Bros' del dibujante de
'Cuento de Arena').
Es en
la parte que se desarrolla en la infancia del arquero donde el nuevo
equipo creativo realiza su principal adición, y si bien es verdad
que en la anterior etapa también abordaron el pasado de Ojo de
Halcón, Lemire acierta de pleno al saber entender la naturaleza
del personaje como icono plenamente americano.
La sombra de la literatura de Mark Twain se deja notar en un pasaje en el que los todavía jóvenes hermanos Barton se presentan como una suerte de Huckelberry Finn y Tom Sawyer que van de casa de acogida en casa de acogida, en medio de un paisaje rural en contacto con la naturaleza y la austeridad económica.
La sombra de la literatura de Mark Twain se deja notar en un pasaje en el que los todavía jóvenes hermanos Barton se presentan como una suerte de Huckelberry Finn y Tom Sawyer que van de casa de acogida en casa de acogida, en medio de un paisaje rural en contacto con la naturaleza y la austeridad económica.
El
estilo de Pérez en este tramo cambia por completo, abandonando la
tinta de la línea argumental ubicada en el presente, para apostar
por una simulación de acuarela que rompe con el estilo de narración
clásico del cómic y se decanta por la estructura del cuento
ilustrado clásico. Siendo vital la contribución del colorista Ian
Herring para potenciar el contraste entre ambas tramas, presente
y pasado se entremezclan en un juego de espejos que hace que
-artísticamente- el arranque de esta nueva etapa poco tenga que
envidiar a la anterior.
Ahora
faltaría saber por donde discurrirá la historia, ya que más allá
de ver a los protagonistas en acción, el número ofrece más
preguntas que respuestas. De momento, todo apunta a que el recuerdo
del pasado será una constante a lo largo de este arco inicial de
cinco números, y que el guionista de 'Trillium' y 'Sweet Tooth'
tratará de poner en orden la biografía de Ojo de Halcón, mientras
lo encamina por rumbos que todavía es pronto para precisar.
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