Un
padre y un hijo discuten la actualidad del día en una cafetería.
Dos generaciones delimitadas por el tacto poroso del periódico en
las manos del primero, y la pantalla táctil por la que se deslizan
los dedos del segundo. Sam Wilson acaba de heredar el manto de las
barras y estrellas de Steve Rogers, y el Halcón es el nuevo
Capitán América. Un centinela de la libertad sin formación
militar y con marcado componente racial, que enseguida hace que
expresiones como “rendición a lo políticamente correcto”
o “todos sabemos porqué le han dado el escudo” salten
sobre la mesa. El hijo reprocha a su padre alegando que Sam Wilson
ha luchado junto al Capi durante más tiempo que nadie, pero
las cuestiones continúan llegando en forma de “¿Cuantas
guerras ha ganado Sam Wilson para nosotros?”, “¿Cuantas
invasiones ha detenido?”. Un tipo que vuela, habla con los
pájaros, es asistente social y ni si quiera tiene historial como
soldado, ¿cómo puede aspirar a representar a una nación como
Estados Unidos?
Acusando
al hijo de que a su generación le han lavado el cerebro con
ideales de aceptación sumisa y tolerancia, la conversación que
tiene lugar en la previa del quinto número del 'All-New CaptainAmerica' podría ser la traslación literal de cualquier
discusión fan sobre el cambio de guardia que ha tenido lugar la
etapa de Remender, o la que podría desarrollarse cualquier mañana
después de unas elecciones generales. Consciente del subtexto tras
cualquier relevo generacional que implique un cambio ideológico
palpable, el guionista de 'Fear Agent' y 'Deadly Class' sabe captar
en una sola página las preocupaciones comunes del hombre de a pie,
consiguiendo que el traspaso de la antorcha trascienda más allá de
lo estético.
Responsable
del superhéroe que supone la equivalencia más próxima al
presidente de los Estados Unidos, a Remender no se le escapan las
implicaciones del primer Capitán América negro que
oficialmente ha portado el escudo -porque el caso de Isaiah Bradley
fue una tragedia muy distinta-, en plena era de Barack Obama. Un
Capitán América que además es el primero en hacer gala de una
ideología más liberal que la del propio Rogers, y que cambió el
fusil y el todo por la patria por las segundas oportunidades y los
derechos sociales.
Las
discusión continuará dentro y fuera de los cómics, pero como
pronto, el actual guionista de El Capitán América ha conseguido que
tras las vertiginosas aventuras de acción sin descanso de su
centinela de la libertad haya una importante carga de retrato
socialpolítico actual. E independientemente de quien lleve el traje,
pocos retratos son más propios del Capitán América, que los que
usan sus cómics para ofrecer lecturas de nuestros tiempos.
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