Los
cómics hacen pensar. Afirmaciones de las que hacen arquear la
ceja, especialmente cuando vienen acompañadas por cómics de
superhéroes sin ningún sello Watchmen o bardo barbudo que
las avale. Seguro que no es más que otra parrafada con ínfulas para
dar una transcendencia imposada a una hobbie adolescente de las que
tanto abundan en este blog.
Equiparable
a talibanadas como sostener que los monigotes de Pixar
deberían competir por el Oscar a Mejor Film frente a las películas
“de verdad” o -peor aún- que todos los medios son igual de
válidos como expresión artística, me voy a permitir a proclamar
una sentencia radical que engloba indirectamente todas esas viñetas
de colores con héroes contra villanos: La capacidad de una obra para
hacer pensar no depende tanto de las propiedades de la obra, sino del
que se expone a ella y la perspicacia de su materia gris.
La nueva red de Spider-Man
Teniendo en eso en mente, te puede hacer pensar desde una frase al viento, hasta una película de arte y ensayo, pasando por un cuadro o un libro, como también te puede hacer pensar una canción, un cómic de aventuras de buenos contra malos o incluso la reseña de un cómic. Es el pensamiento en si mismo lo que cuenta, más que la fuente de la que ha surgido. Como muestra del último ejemplo -el de las reseñas- podría hablar de las líneas que Juanan Brundle dedica al primer número de la nueva etapa de 'The Amazing Spider-Man' a cargo de Dan Slott y Giuseppe Camuncoli en Zona Zhero.
En
ellas, Brundle habla del nuevo éxito empresarial de Peter Parker,
quien ha dejado de ser el eterno loser obligado a subsistir entre
empleos de baja calaña, para al fin alcanzar ese prometedor futuro
al que su ingenio parecía tenerle destinado. Se acabaron las clases,
el ganarse el pan vendiendo fotografías y los puestos de comida
rápida como expectativa de trabajo definitiva. En esta nueva etapa
de Marvel Comics, Industrias Parker es una multinacional de
alcance global que habla de tú a tú con Alchemax, Serval Industries
u Oracle INC, y poco tiene que envidiar a Industrias Stark o
Empresas Wayne.
Un
escenario cuando menos apetitoso para usar el universo Marvel como
marco de una auténtica guerra de líderes del dólar, pero en el que
Peter tiene algo que lo diferencia de todos los demás. Para señalar
de lo que se trata, tengo que tirar de otro comentario que hiciera en
cierta ocasión el no menos lúcido Alex C.H., con su siempre
aguda mirada para contemplar a los superhéroes desde el ángulo
político social. En él, hablaba de como los cómics de superhéroes
son una rara avis frente a una tendencia global marcada por el
cinismo y la recompensa al bucanero. De como mientras en la mayoría
de marcos actuales se promueve la amoral eficiencia del pillaje
bursátil y los que hacen cabriolas con las leyes para escapar
impunes, en los cómics hay unos tipos raros proclamando que un
gran poder, conlleva una gran responsabilidad.
Hace
dos años Martin Scorsese estrenaba 'El Lobo de Wall Street',
una suerte de sátira inspirada en la vida y obra de la rata humana
Jordan Belfort, y la debacle financiera perpetrada por otros
espabilados en forma de especulador bursátil como él. Un tipejo que
para cualquier persona con dos dedos de frente sería la peor escoria
humana jamás nacida. Sin embargo, ni Scorsese pudo ocultar su
admiración por aquel astuto usurero moderno, ni hacer nada para
evitar el catastrófico efecto secundario de su cinta: Toda una
generación de Belforts en potencia, aspirando a su frenesí de
barcos, drogas y putas como máximo modelo de aspiración vital. La
vida de desenfreno y lujo sin consecuencias, remordimientos ni
responsabilidades, alimentando los sueños de toda esa trupe de
tiburones financieros que está por venir.
En un
panorama como este quizás se antojaba necesaria una voz discordante
que recordase que las ganancias millonarias no solo son fajos de
billetes quemándose a velocidad supersónica en nuestras manos. O
como dice Brundle en su propio análisis sobre esta nueva etapa “Es
Spider-Man. Pero con dinero. Y ese dinero, ese mayor poder, conlleva
responsabilidades”, en relación a creaciones como esa Fundación Tío Ben que no podría ser más propia de la naturaleza misma del personaje.
Algunos seguirán en sus trece de que
este nuevo rumbo como dirigente millonario de una compañía
internacional poco tiene que ver con aquel Peter Parker que siempre
iba pelado y al que le costaba llegar a fin de mes con el que durante
tantos años nos identificamos. Que Spider-Man no necesitaba este
cambio y convertirse de repente en un pope financiero en lidia con un
Batman en forma de capitalismo abrasivo que lo vigila todo o Iron Man
como imagen del hombre de negocios relativista de verborrea suelta y
carisma engatusador. Pero quizás haya que preguntarse si no es el
mundo financiero quien de verdad necesita a alguien como Spider-Man,
para plantar cara a los lobos y otras comadrejas aunque solo sea
desde la ficción.
Todo el poder, toda la responsabilidad
Crom, me has puesto hasta etiqueta en el blog. Esto es hamor.
ResponderEliminarMe encanta saber que coincidimos a este nivel en lo referente a lo que nos transmite esta etapa arácnida, y esta fase de la misma en concreto (acertadísimas las menciones a Claremont y Scorsese, de hecho, anda que no molaría mostrar así a los ejecutivos de Alchemax). Y encima Slott aún se permite el lujo de sacarse un as de la manga con el cliffhanger y mantener guardados otros dos que lleva tiempo reservando. No me lo pasaba tan bien siguiendo a Spidey desde que publicaron los coleccionables de Planeta :D
Ya es la segunda o tercera vez que hablo de usted, y como suelo hablar de lo que leo en otras webs o blogs, pues tocaba etiqueta xD Pero vamos, el mérito es suyo por el agudo comentario sobre el nuevo rol de Spider-Man. Yo lo más que le puedo echar en cara a Slott -a parte de esos detalles que a veces me sacan de la lectura- es que le de más protagonismo activo Anna María, que la tiene relativamente descuidada
EliminarRelativamente eh. Que no por nada los principales cliffhangers tanto de Spider-Verse como de este episodio pivotan sobre ella.
EliminarEs un agrado leer a alguien con una buena cuota de lucidez, y con una mirada optimista y constructiva del panorama actual del comics. Un alivio frente a las hordas de pesimismo que auguran el apocalipsis creativo. Saludos desde Chile.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Mero. Se hace lo que se puede (o lo que el tiempo permite), porque la verdad es que con el catálogo que hay hoy en día de material actual y re-ediciones de clásicos hay mucho cómic y mucho cómic interesante de lo que disfrutar. Saludos!
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