Todos
los superhéroes tienen una kryptonita.
Da igual lo fuerte o preparado que estés, que siempre aparece un
pedrusco alienígena, un musculoso luchador sudamericano enmascarado
que te rompa lo de atrás o una espada mística que ponga fin a la
sobre-estimación que otorgamos al factor curativo.
Independientemente
si es presentado como una amenaza imparable que pone a prueba las
habilidades del protagonista hasta el punto de que este queda
completamente impotente frente a ella -caso Spider-Man en su batalla
contra Morlun-, o si se presenta como algo minúsculo y casi
imperceptible que da lugar a una cadena de acontecimientos de
consecuencias casi irónicas, la némesis siempre termina abriéndose
paso hasta propiciar la caída del héroe, y -por alguna extraña y
morbosa razón- a nosotros nos gusta estar ahí para contemplarlo.
Razón
fundamental por la que existen todos los The End, Últimos Días,
Capítulo Final, Requiem o cualquier otra distopia futura -o no- a la
estela de El Regreso del Caballero Oscuro o Qué sucedió con el
hombre del mañana, Ryan
North y Erica
Henderson tampoco han
podido evitar como sería el final de una de las superheroínas más
irreductibles del universo Marvel, en el disparatado elige
tu propia aventura que es el
número #7 del segundo volumen de La
Imbatible Chica Ardilla:
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