Hubo
un tiempo, en el que este humilde blog hacía honor a su nombre, en
el que trataba de ofrecer una cobertura mensual de las series de la
iniciativa All-New All-Different Marvel,
para dar una opinión de ellas y orientar a quien pudiera leerlo
cuales de ellas podrían ser más interesantes y cual encajaría
mejor en los gustos de cada uno. Sin embargo, durante los tres
últimos meses he estado demasiado liado como para poderla realizar y
he tenido la sección más bien abandonada. Pero como ya no había
excusas al haber debutado ya todas las series de este penúltimo
capítulo de Marvel Comics -mientras la editorial prepara ya la
presentación del siguiente- aquí vamos de nuevo una vez más, con
lo más selecto de las nuevas
colecciones Marvel
publicadas durante los meses de marzo, abril y mayo, y que a pesar de
ser la última remesa han terminado ofreciendo propuestas mucho más
interesantes que unas meras sobras:
Steve Rogers Capitán América de Nick Spencer y Jesús Saiz: Cualquier cosa que diga a estas alturas sobre el cómic que partió internet en dos apenas hace justicia a la labor del guionista de Enemigos Superiores de Spider-Man y El hombre Hormiga en una etapa del centinela de la libertad destinada a dejar huella, y para la que en esta ocasión cuenta con la contribución del superlativo labor gráfico de Saiz. Más a Allá de los inesperados golpes de efecto el primer número de la serie en la que el Capitán América orginal vuelve a la acción es un número brillantemente escrito, en el que -además de beber con mucho gusto de la mitología del personaje- Spencer prosigue explorando temas tan delicados y actualidad político social como el arraigo de los movimientos radicales entre los más desfavorecidos.
Pantera Negra de Ta-Nehisi Coates y Brian Stelfreeze: Con solo dos números en el mercado en el momento de escribir estás líneas, ya es posible afirmar que la nueva colección del guardián de Wakanda tiene todos los ingredientes que uno espera en una colección a la altura de Pantera Negra y mucho más. Versado en la Historia del continente africano y los entresijos diplomáticos y de gobierno, Coates compone una vibrante trama política en la que se palpa el clamor de una revolución social e ideológica en el corazón de Wakanda, en el que antiguos iconos como la corona o el rol totalitario de la dinastía de T'Chala amenaza con venirse abajo. Con los pies en el suelo para abordar el tema con la seriedad que se merece mientras los lápices de Stelfreeze otorgan a la cultura de la nación ficticia una belleza nunca vista, si a ello sumamos que el guionista no haya seguido el ejemplo de otras estrellas -y que en lugar de hacer borrón y cuenta nueva se esté apoyando en todo lo que le ha ocurrido al personaje, desde Lee y Kirby hasta Hickman, pasando por McGregor o Priest- otorga un valor extra a la etapa que promete convertirse en uno de los grandes referentes del personaje.
La Viuda Negra de Chris Samnee y Mark Waid: Tras hacer historia en DD, Waid y Samnee irrumpen en la vida de Natasha con la importante novedad de que ahora es el dibujante quien lleva las riendas y Waid le asiste con los diálogos. El resultado es un vertiginoso espectáculo visual al borde de lo orgiástico con toda la acción, violencia y sangre que uno podría esperar de la superespía de Marvel, en la que la Viuda se convierte en la persona más buscada del mundo cuando su pasado irrumpe para golpearla en la cara. Desde que esta serie comenzó a publicarse, James Bond, Ethan Hunt y Jason Bourne andan buscando a la Romanova a a ver si les da unos cuantos consejos de como molar.
Civil War II de Brian Michael Bendis y David Marquez: Arranque ejemplar para la nueva saga evento Marvel en el que el guionista de Asedio se limita a tirar de oficio dedicándose a lo que se le da bien, y el dibujante de Iron Man se eleva a la enésima potencia otorgándole una apabullante envoltura gráfica. Encrucijadas morales de difícil solución, espectáculo de superhéroes por todo lo alto, mucho drama e interacción de personajes, en un cómic de sabor puramente clásico que -si no se pierde en el camino- promete muchas emociones para esta nueva Civil War.
Pájaro Burlón de Chelsea Cain: Para obtener sus asombrosas habilidades, los superhéroes se ven expuestos a muchas mierdas cuyos efectos secundarios pueden ser francamente difíciles de precisar. Aprovechando la condición de la protagonista como superespía y científico, Cain salta con un adictivo ingenio desde las secuelas de rayos cósmicos, arañas radiactivas y otros fluidos vigorizantes a los zombies albinos, sesiones de sadomaso y transiciones hormonales adolescentes como manifiestos feministas. El resultado es una serie de aventura por cómic, con un desenfadado tono británico -muy al gusto de aquellas psicodélicas series de espías que flirteaban a un paso del surrealismo- que puede ser francamente estimulante para los que disfruten de propuestas que se salgan de lo habitual.
Halcón Nocturno de Brad Walker y Ramon Villalobos: Frank Castle lo va a tener difícil si quiere mantener su rol de tipo duro del universo Marvel desde la llegada del Halcón Nocturno de Ultimate Power al universo tradicional. Repleto de violencia sanguinolenta, cabezas reventadas contra muro de hormigón, la serie de Walker es un glorioso blaxploitation de colores de neón, litros de sangre y excesos al borde de la serie B más desmadrada, que ojalá llegase a convertirse en serie Netflix protagonizada por Idris Elba y Thandie Newton.
Gwenpool de Jonathan Hastings y Gurihiru: Ejemplo de serie que de primeras no te interesa para nada pero que acaba enganchándote sin remedio gracias a la premisa. Dándole una vuelta de tuerca a las rupturas de la cuarta pared de Masacre, Gwenpool nos presenta a un fan que proclama de ser de el mundo real, y que básicamente se conoce todos los detalles de los personajes del universo Marvel queriendo ser una más de ellos. La gracia es que cómo Hasting lo aborda, lo cual podríamos definir como una versión a la inversa de La Máscara, y si con esté teníamos a un personaje que se regía por las reglas del cartoon, aquí encontramos a una atolondrada hiperactiva que piensa que se encuentra en un universo ficticio en el que no hay consecuencias, pero que constantemente se nos muestra como muy real. El resultado es una serie que a pesar de su apariencia de entretenimiento infantil -o gracias a esto- puede llegar a ser muy cafre por cortesía del contraste de ver a su protagonista poniéndose a si misma o cualquier que le rodea en peligro de la forma más inconsciente posible.
Caballero Luna de Jeff Lemire y Brian Smallwood: Con su protagonista internado en una institución psiquiátrica con la duda de si su vida como Caballero Luna es real o una ficción fruto de su esquizofrenia, si hubiera hablado de esta colección al estreno de su primer número es muy probable que hubiera estado entre los primeros números de mi lista. Con tres entregas a sus espaldas, reconozco que la propuesta de Lemire -ilustrada de forma que solo se puede describir como magistral por Smallwood- me tiene tan desconcertado que no se a dónde pretende llevarnos el guionista, sospechando que se ha metido en un berenjenal tan complicado que tiene tantas papeletas de ser una joya imprescindible del personaje como de caerse de boca en mitad del camino. De momento engancha y mucho, por lo que si te atrae el personaje y las historias con una final línea entre la cordura y la demencia, esta es sin duda tu colección.
Thunderbolts de Jim Zub y Jon Malin: Por mucho que me pudiera atraer la idea de ver a los Thunderbolts originales de nuevo juntos bajo el liderato del Soldado de Invierno, la primera vez que vi la noventerada de dibujo que le habían puesto no podía entender en qué estaba pensando Marvel. Aun así me atreví a catarla, y la verdad es que no solo resulta adecuado dada la más que aparente intención de la serie de revivir la nostalgia más dura por aquellos días de excesos de los Young Blood de Liefeld, sino que el guionista de Skullkickers sabe hacer que resulte endiabladamente divertido con este pelotón circunstancial atrapado en una situación tan difícil que nunca tienes claro si van a palmar a manos de las monstruosas amenazas a las que hacen frente o de la niña con poderes omnipotentes que vive con ella.
Punisher de Becky Cloonan y Steve Dillon: Otra serie que si hubiera valorado únicamente por el primer número ahora estaría en una posición más alta, pero que ahora con dos números todavía no tengo del todo claro si va a ser capaz de estar a la altura del Garth Ennis del que bebe o es un listón demasiado alto como para salir indemne. De momento es un Punisher que vuelve a parecer esa implacable máquina de matar metódica y parca en palabras de sus mejores tiempos, y Steve Dillon vuelve a estar en forma, por lo que si disfrutas de ver a Castle siendo el azote de un crimen tan retorcido como él mismo, vas a encontrar mucho material del bueno en estas páginas.
Spider Women: Concluyo con una mención al crossover entre las tres mujeres araña, y que pese a haber sido más importante para Gwen y Seda que para Jessica -aunque los números de esta última probablemente sean los mejores- y que es posible que se haya alargado un poco más de la cuenta, lo cierto es que es una saga que he disfrutado bastante. Destacando especialmente los números en los que Joelle Jones, Bengal y Nico León estaban a los lápices, la interacción entre estas tres en una trama a caballo entre el universo Marvel de toda la vida y la tierra de Spider Gwen ha sido tan divertida como acertada a la hora de desarrollar a sus protagonistas, siendo mucho más que la típica serie de superheroínas en la que se limitan a ser amiguísimas porque sí. A cargo de Dennis Hopeless, Jason LaTour y Robbie Thompson deja un buen puñado de grandes momentos de humor a costa de las diferencias entre ambos universos, muchos momentos de personajes, unos villanos muy interesantes y la sensación de que las protagonistas han salido reforzadas de las aventura y que sus vidas han cambiado. Difícilmente le puedo pedir más.
En lo que respecta a las
colecciones en curso, hay 11 títulos Marvel los cuales considero se
encuentran en un momento de calidad muy alta en la actualidad, y
entre los cuales siempre me cuesta establecer un orden por nivel de
disfrute cada vez que realizo uno de estos posts. Centrándome en lo
que hayan podido ofrecer durante estos últimos tres meses, me parece
justo poner en cabeza a la Imbatible Chica Ardilla de
Ryan North y Erica Henderson con su desternillante elige tu
aventura y el descacharrante -y
lúcido- número centrado en los problemas sentimentales de su
pareja, de la misma forma que no puedo sino elogiar como Jason Aaron
y Chris Bachalo siguen encontrando formas para poner a una situación
cada vez más difícil al Doctor Extraño,
por difícil que esto pudiera parecer esto teniendo en cuenta como
habían sacudido ya el mundo de la magia Marvel. El nivel de la
amenaza a la que Stephen y el resto de brujas y hechiceros de la
editorial no deja de crecer, mientras que Dennis Hopeless y Javier
Rodríguez continúan haciendo su magia con otra maravilla de cómic
en el que Spider Woman
finalmente lidia con el caso de Tiburón Tigre.
Por
si alguien tenía alguna duda, Brian Michael Bendis y Sara Pichelli
no han tardado en retomar el pulso de las aventuras de Miles Morales
en su inclusión en el universo Marvel tradicional con Spider-Man,
donde incluso las decisiones más descabelladas terminan
convirtiéndose en virtudes, gracias a su habilidad para ir siempre
un paso más allá al explorar la interacción de Miles con su
entorno. Mientras Bendis y Pichelli nos dejan con ganas de más Miles
/ Ganke, Miles / Kamala o Miles con prácticamente cada personaje que
aparece en su serie, si alguien pensaba que con el regreso del Capi
original Sam Wilson Capitán América
pasaría a un segundo plano, que se quite ese miedo porque Spencer
sigue encontrando formas de meter el dedo en la llaga, en este caso
con una prometedora vuelta de tuerca al Americop. Por su parte, Tom
King sigue dejando claro con su particular relato de horror
existencialista y ciencia ficción residencial en Visión
que es uno de los mejores guionistas de la actualidad, de la misma
forma que en el primer arco argumental de Spider-Man /
Deadpool, Joe Kelly y Ed
McGuinnes han demostrado sobradamente que no han perdido su toque, en
una historia que es el ABC perfecto para que cualquiera que haya
estado alejado de estos dos personajes durante una larga temporada se
reintroduzca en su situación actual.
Un
cómic que juega ingeniosamente con la mitología de ambos personajes
para cerrar la boca de los que afirman que los personajes no
evolucionan, de la misma forma que el Thor, Diosa del
Trueno de Jason Aaron y
Russel Dauterman sigue sin perder un ápice de su fuerza, en este
caso con un arco ambientado en el pasado dibujado por Rafa Garres (y
que lejos de ser intrascendente introduce nuevos elementos que
prometen dar mucho juego en el futuro). La Ms Marvel
de G. Willow Wilson tampoco pierde fuelle con el regreso de Adrian
Alphona en plena feria científica en la que el instituto de Kamala
se ve las caras con el de Miles Morales -y Connecticut, aparentemente
todo el mundo odia Connecticut-, a la par que la Capitana
Marvel de Butters, Fazekas y
Anka cierran de forma bastante satisfactoria su primer arco
planteando interesantes cuestiones sobre la política y la guerra. A
pesar de lo que la pueda haber afectado su cruce con el evento Spider
Women, la Spider Gwen
de Jason LaTour continúa manteniendo vivos sus encantos, con una
caracterización de personajes impecable y un divertidísimo tour por
la Tierra 65 que -ahora con Bengal a los lápices- siempre consigue
que te quedes con ganas de más.
Pero
si bien este sería mi once de gala
con lo mejor del All-New All-Different Marvel respecto a series
anteriores a estos tres últimos meses, tampoco puedo hablar menos
del taken filosófico
que Warren Ellis nos está ofreciendo en Karnak,
de la misma forma que tampoco puedo hacerlo respecto al derroche de
creatividad que es cada número de la Bruja Escarlata
de James Robinson o como Gerry Duggan sigue amenazando con quitarle a
Joe Kelly su condición como autor de la mejor etapa de Masacre
a cada nueva entrega que ofrece del mercenario bocazas. Mención
especial al desbordante y para nada gratuito encanto de la Lobezna
de Tomy Taylor y la Chica Luna y el Dinosaurio Diabólico
de Reeder, Montclare y Bustos, así como para la forma en la que Jeff
Lemire y Andrea Sorrentino se las están ingeniando para que la
inclusión de El Viejo Logan
en el presente no solo sea francamente interesante, sino también lo
más Lobezno que he
leído desde la marcha de Aaron. Tampoco es que pueda hablar nada
malo de los siempre ingeniosos relatos de supervillanos del Hombre
Hormiga de Nick Spencer,
como del trabajo de Cullen Bunn en La Imposible
Patrulla-X.
Si
alguno echa en falta títulos como Estela Plateada
o Howard el Pato
en mi selección, solo recordar que aunque ambas series parecen
seguir a un gran nivel por lo que puedo leer a otros aficionados de
USA, personalmente no termino de conectar ni con los guiones de Dan
Slott ni con el humor de Chip Zdarsky en la colección del personaje
de Gerber. Siendo el último post dedicado a las nuevas colecciones
de este All-New All-Different Marvel -todavía pretendo realizar otro
centrado integramente en un top- antes de que la editorial de paso a
un presunto nuevo capítulo tras Civil War II, concluyo la entrada
con una selección de seis títulos que ya han concluido con este
periodo de nueve meses desde que la iniciativa comenzó, y que ya
concluidas puedo afirmar con toda certeza que son lo suficientemente
interesantes cómo para que merezca la pena echarles un ojo.
A
la cabeza de estas, Relatos Salvajes
de Sam Humphries y Mike del Mundo que -sin para nada ser una
repetición de la primera- poco tiene que envidiarle a la saga de
Jason Aaron. Siendo su mayor defecto el que haya finalizado tan
pronto, Humphries y Del Mundo han dado vida a una saga maravillosa a
la mejor tradición de Dentro del Laberinto, con este relato de una
chica corriente perdida en un mundo de fantasía y desmadres
conceptuales en su camino a resolver un asunto familiar de vital
importancia para ella. Concluyendo con un final abierto que invita a
soñar -ojalá- con su regreso, la suma de los dos volúmenes de
Relatos Salvajes aquí publicados como uno solo nos deja una de esas
colecciones de culto que permanecerá en el recuerdo de los
aficionados durante mucho tiempo, de la misma forma que Greg Weisman
ha tirado de experiencia para marcarse en Starbrand y
Nightmask uno de los más
impecables ejercicios de guión de los que he podido disfrutar a lo
largo de este año. Un trabajo que quizás no sea tan aparente dado
lo mucho que todavía le queda al dibujante Domo Stanton por pulir,
pero que no por ello resulta menos interesante como prolongación a
las tramas de Jonathan Hickman y anexo a las actuales de Al Ewing y
-sobre todo- como parada imprescindible para los que disfruten de los
guiones milimétricamente planificados (hay más sustancia en estos
seis números que en series de cincuenta).
Mención
también para el acto final del Ojo de Halcón
de Jeff Lemire y Ramon Perez, quien sin llegar al excelso nivel de su
predecesora ha dejado una muy digna continuación. Algo igualmente
prolongable a la Angela
de Margeritte Bennet y Stephanie Hans, que con su acto final ha
terminado por demostrarse como una muy digna sucesora del Viaje al
Misterio de Gillen. No terminar sin mencionar la ácida y
divertidísima visión de los X-Men desde el punto de vista de esos
mutantes con poderes sin sentido en El peor X-Men de la
Historia (Worst X-Men Ever)
de Mike Bemis y Michael Walsh de la que Carlos J. Eguren os podrá hablar mucho mejor que yo. Si eres de los que por alguna razón
disfrutaste del trabajo de Nathan Edmondson en la Viuda Negra,
Punisher o Deathlok, también debería interesarte su Lobo
Rojo, que si bien es verdad
que ha quedado como la primera temporada de una serie que -de
momento- no tiene pinta de renovar, ha terminado añadiendo un punto
de interés extra a 1879 y probablemente la más redonda del escritor
a la hora de abordar su guerra entre pasado y futuro con la trama de
Caos.
Para
quien no tengáis suficiente con estas líneas para decidir que
series os interesan, siempre podéis recurrir al impecable trabajo de
cobertura de la iniciativa realizado por los muchachos de Zona Zhero,
como el que vengo desarrollando con los muchachos de Zona Negativa.
Sin más, solo espero haberos ayudado a disfrutar de buenos cómics.
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