Mis
primeros recuerdos de las aventuras clásicas de El
Caballero Luna consisten
en un justiciero enmascarado con pasado como mercenario, y que además
tener varios alias -incluyendo el millonario que pagaba todas sus
facturas- pululaba por manicomios semi abandonados, partiéndose la
cara contra matones reprogramados con electrodos cargados por
piercings y apariencia de haber salido de algún 'Double Dragon'. No
era difícil imaginarse que aquel tipo probablemente no estaba en sus
cabales, pero no fue hasta la etapa de Charlie
Houston y David Finch
cuando de verdad comenzó a fascinarme su condición como trastornado
peligroso.
Siendo
la caótica narrativa de Houston un valor añadido para sentir como
aquella locura alimentada con deidades egipcias, síndrome de estrés
post-traumático y decadencia burguesa se escapaba de las páginas,
el personaje ha tenido tantas interpretaciones en un periodo
relativamente corto de tiempo, que ni siquiera los lectores tenemos
muy claro de qué es real y qué no cuando hablamos de Marc
Spector. En otras
condiciones esto probablemente podría considerarse como un
importante factor en contra, pero lo cierto es que -en lo relativo a
la espectral naturaleza del Caballero Luna- funciona tan bien que ha
terminado por ser parte esencial de lo que lo define.
¿Es
Konshu real? Según Houston sí. Según Warren Ellis desde luego. Según
Hurwitz es probable que no y Bendis pasa palabra. ¿Es su trastorno
de identidad disociativa y personalidad multiple real? Según Brian
Michael Bendis sí y
mucho. Según Houston, Spector padece una especie de esquizofrenia
alucinatoria con ira narcisista involuntaria. Para Greg
Hurwitz se puso mejor, y
para Ellis sencillamente el TDIDYPM no existe.
Decidir
cual de ellas es la versión 100% oficial tiene tanto sentido y
escaso glamour como determinar que representa exactamente ca
cartulina del test de Rorschach. Si con Batman el mito del murciélago
cambia según quien lo escribe, con el Caballero Luna es como si todo
el universo Marvel mutase en una perversa sincronía con la mente del
propio Spector. En su nueva etapa, Jeff
Lemire se asocia con Greg
Smallwood para llevar al
personaje a una institución psiquiátrica, y preguntarnos si en
realidad siempre ha estado ahí.
Una
premisa que nos retrotrae hasta los días de 'Batman: The Animated
Series' y 'Buffy Cazavampiros', pudiéndose apreciar un visible
cambio en los lápices de Smallwood, frente a los números que
firmase junto a Brian Wood tras la marcha de Warren Ellis y Declan
Shalvey. De nuevo con Jordie Bellaire a los lápices, las primeras
páginas en blanco y negro lucen tan bien, que va a costar no volver
a dejarse arrastrar hasta los abismos por el Caballero Luna, en un
nuevo viaje al mundo de la locura.
Fuente: Comic Book
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