Hoy es 14 de febrero
de 2016. Una fecha de gran importancia no solo porque es el día
mundial en el que los grandes comercios nos citan a todos para
solicitar la cota anual con la que validar nuestras relaciones, sino
porque es el día en el que se acabaría el mundo según los
'Cazafantasmas 2'. Menudo cínico badass más cabrón, ¿eh?
Bromas aparte a costa del sarcasmo con el que a veces solemos abordar
este tipo de rituales colectivos, quien más y quien menos todos
somos vulnerables a esa bomba de hormonas que nos hace sentirnos
particularmente melosos en determinados momentos del año.
Si no, aquí está este
Día de San Valentín sin más significado sobre el resto de
trescientos sesenta y algo días del año que servir de equivalente a
una alarma social que nos recuerde al unísono cuestiones como “Eh
tú, gañán, ¿cómo estás tratando a la persona con la que
compartes tu vida” o si ha llegado el momento de algún cambio
ya sea para retomar la soltería o perder la antigüedad acumulada.
En el ámbito fan, estas
fechas siempre nos sirven para destacar algún tipo de libro,
película, disco, cómic o demás que nos hayan resultado
especialmente destacables a la hora de conectar con nuestros
sentimientos más cercanos al lado pasional. Sin embargo, he de
confensar que siempre he sido un tanto extraño, melancólico y puede
que incluso fatalista en este tipo de concesiones, y que -al menos en
lo fílmico- mis películas románticas favoritas quizas no sean las
mejores para disfrutar en compañía como películas de
San Valentín.
Puede que 'Wall*E', 'Lady
Halcón' o incluso 'Olvidate de mi' sí, pudiendo además se un buen
método para saber si -en caso de que vuestra relación no es
demasiado larga- la persona que os acompaña de verdad es especial.
Pero en cuanto comenzamos a entrar en el territorio de la descarnada
'Duelo al Sol', los carruseles cinematográficos de Alfred Hitchcock
en 'Vertigo, de Entre los Muertos' o David Fincher y el romanticismo
suicida de sus “Eres lo peor que me ha sucedido nunca” o
“Si tuviera un tumor lo llamaría Marla Sinclair” no sea
lo más apropiado para ver en pareja durante el día de San Valentín.
Si tuviera que elegir una película romántica de lo que ha dado de
si este primer lustro de la presente década, no tengo demasiado
claro en cual de estas dos categorías la incluiría, pero sí que
sería 'Blue Valentine' de Derek Cianfrance.
Estrenada en España en
2013, la película protagonizada por unos Ryan Gosling y
Michelle Williams en estado de gracia, narra de forma
fragmentada las vicisitudes de una pareja desde el momento en el que
se conocieron hasta que el implacable paso del tiempo comienza a
hacer su efecto. Un film que puede ser tan embriagadoramente emotivo
como terriblemente desgarradoramente, y que si por algo destaca es
por despojar de cualquier tipo de idealismo el concepto del amor
imperecedero, ofreciendo una visión tan melancólica como realista a
las relaciones de pareja. Un territorio donde en la ficción se suele
abusar del agente desencadenante -ya sea una tercera persona o que
uno de los dos haga algo que suponga un obstáculo para lo que hasta
el momento era una relación perfecta- pero que en ocasiones suele
venir por causas mucho más complejas, y hasta la más idílica de
las relaciones puede terminar sucumbiendo al mero efecto del día a
día como bien muestra Cianfrance.
¿Es la mejor película
para ver hoy Día de San Valentín? Quizás si os gustan los relatos
que no reniegan de la otra cara de las relaciones, y que como
'Amour' de Michael Haneke son conscientes de cómo acaban
inevitablemente todas. En caso de no estar preparados para una ración
tan cruda de drama, quizás sea mejor dejarla para cualquier otro día
en el que dejarse arrastrar por toda la carga emocional de 'Blue
Valentine'. Alegría, tristeza, amor y lágrimas en un film tan útil
como para entender mejor los palos que da la vida, como para
prepararse en caso de que todavía estén por venir.
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