domingo, 12 de noviembre de 2017

Blade Runner 2049, el rito vikingo


Exprimido -de momento- todo lo que tenía que contar de Thor: Ragnarok, toca volver a Blade Runner 2049, película de la que aun me quedó bastante miga que sacar. Uno de los aspectos más fascienantes del film de Dennis Villeneuve es su poderoso simbolismo, fruto de elementos que parecen provenir de un sin fin de culturas y mitologías.

Esto no es que sea para nada nuevo, ya que estaba muy presente en la cinta original de Ridley Scott, con todo aquel herbidero multicultura que se nos mostraba en la ciudad de Los Ángeles del año 2019. Punks, Hare Krishna, vendedores ambulantes gritando a viva voz “Venga que lo tengo baratooo” en un perfecto español... Aquella distopia era a la vez la peor pesadilla de Donald Trump y el más que plausible resultado de su gestión.

Pero si en Blade Runner 2019 destacaban ante todo los elementos simbólicos de herencia egipcia, grecolatina y judeocristianaislámica, es curioso como Blade Runner 2049 introduce no pocos de ascendencia nórdica. Elementos como ese árbol muerto en cuyas raíces se encuentra la sustancia para construir un nuevo mundo, como la referencia aun más evidente que es el personaje de Freysa


Si el nombre de la líder de la insurgencia replicante -otro ejemplo más para cuestionar el que 2049 descuide a sus personajes femeninos- interpretada por la actriz israelí Hiam Abbass no fuera suficiente, el que esta se nos presente como una mujer de avanzada edad media cubierta con una túnica de cuervo ya es prácticamente una señal con luces de neón en la cara. Pero ya el remate es que además sea tuerta, presentándose -por si todavía no bastase- como una figura omnisciente que parece ser la única de toda la cinta en discernir que es real y que no.

Presentada como una suerte de versión femenina de Odín que se prepara para encabezar la toma de poder de estos Aesir sintéticos -frente a la decadencias de los Vanir que los crearon y que languidecen en el ocaso de sus días-, el simbolismo de la ausencia de su ojo cobra más interés si además tenemos en cuentra el cortometraje Blade Runner 2022. Dirigido por Shinichiro Watanabe, en él vemos como el Nexus 8 Iggy Cygnus encabeza el primer gran golpe de los replicantes contra la humanidad, al provocar el gran apagón que deja a nuestra especie en la más absoluta oscuridad.

Que dicho cortometraje concluya con Cygnus -rodeado de llamas- arrancándose su ojo de derecho como renuncia a su más evidente rasgo de manufactura humana, bien puede considerarse como la constatación de que la figura del líder tuerto no es ni mucho menos trivial, dentro de la cultura de los replicantes.

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