Hace unas semanas
comentaba el la reseña de Power Man & Iron Fist de Jose María Vicente lo irónico que me resultaba que la otrora
reivindicativa Jessica Jones haya terminado encarnando una
imagen mucho más tradicional, que la Spiderwoman clásica en
la que supuestamente se basa. Por mucho que Brian Michael Bendis
nunca haya terminado de dejar claro el grado de inspiración que
tomase de la segunda, los paralelismos entre aquella malhablada y
bebedora empedernida superheroina retirada de Alias y la Mujer Araña
original, eran visibles mucho más allá del mero nombre y de
compartir unos poderes practicamente idénticos (salvo por la
telaraña y el aguijón).
Uno de los principales
activos de Marvel Comics durante los setenta y ochenta, Chris
Claremont dio un importante vuelco a la vida de Spiderwoman al
convertirla en investigadora privada, trasladándola a San Francisco
para protagonizar una nueva etapa de sus aventuras repleta de
intereses románticos y secundarios. Prácticamente la misma fórmula
que aplicase Bendis 20 años más tarde a su Jessica Jones, salvo que
con un filtro más actual con todo el sexo descarnado, lenguaje soez
y escenas fuera de lo habitual que permitía la línea MAX.
¿Es Jessica Jones la nueva Susan Storm?
No siendo extraño que
durante un tiempo se comentase que la protagonista de Alias
era originalmente Jessica Drew en lugar de la creación de Bendis,
que el guionista lo negase no era razón para esconder sus
influencias, por lo que Spiderwoman no solo se paseo por la serie de
Jessica Jones, sino que además continuó en manos del responsable de
los Nuevos Vengadores durante años. Teniendo lugar el primer
encuentro entre ambas en el arco argumental en el que investigaban la
despiración de la malograda Mattie Franklin, inmediatamente quedaron
claras las diferencias con Spiderwoman representando el modelo de
superheroina clásica, mientras que la antaño Joya (Jessica
Jones) ampliaba las fronteras con un enfoque mucho más transgresor.
Una docena de años han
transcurrido desde entonces, con la que fuera considerada estandarte
de la superheroína del siglo XXI pasando de quedar embarazada a
convertirse en la esposa de Luke Cage. Inicialmente se jugó con la
idea de que el bebé pudiera no ser de este mientras superheroina
Marvel interpretada por Krysten Ritter continuaba trabajando
para el Daily Bugle a pesar de estar en cinta. Sin embargo, no
tardaron demasiado en llevarla hasta el redil del traje de blanco,
dejándola durante la última década -unos dos años y medio en
tiempo Marvel- sin más función que la de cuidar a la hija que
comparte con Cage.
Con un breve periodo
durante la Edad Heroica como única excepción a su prolongada baja
de maternidad, ni retomar sus trabajos como investigadora privada o
asistir en el área logística a la última encarnación de los
Poderosos Vengadores la hemos visto, apareciendo generalmente
con la niña en brazos o el salón de su hogar. A un paso de quitarle
a la Mujer Invisible su puesto de honor como madre modelo, mientras
todo esto ocurría Spiderwoman abandonaba su función como pieza de
equipo en los Vengadores para retomar su antaño trabajo como
investigadora privada. No la veíamos usar palabras malsonantes ni
invitar a ligues nocturnos por su puerta de atrás, pero el espíritu
volvía a ser tan próximo al de aquella Alias inspirada en su yo de
los setenta, que hasta siguió los pasos de Jessica Jones quedando
también embarazada.
Desconociéndose todavía
la identidad del padre, tras un arco argumental que convirtiera su
gestación en una vertiginosa historia al más puro estilo de La
Jungla de Cristal, la previa del quinto número de su nueva serie
presentado en A.V. Club nos muestran a una Jessica Drew
lidiando con los pequeños destres y retos cotidianos de tener que
criar a un bebé recien nacido. Sin más necesidad que sus propias
manos mientras la vemos lidiar con pañales sucios, polvos de talco y
manchas de vómito, es imposible no ver esta escena sin pensar que es
lo que todos tuvimos en mente en su día cuando supimos del embarazo
de Jessica Jones. Las vueltas que da la vida ha querido que haya
terminado plasmándose con la que supuestamente era la superheroína
más clásica, y que como madre soltera ingeniándoselas para salir
airosa al borde del desastre, amenaza con acabar siendo más actual
gracias a la Spiderwoman de Dennis Hopeless y Javier Rodriguez,
de lo que lo fuese finalmente la protagonista de Alias.
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