sábado, 1 de agosto de 2015

El trígono de James Robinson

Hace unos días se discutía en una de las siempre interesantes publicaciones de Alex CH como parte de los peores vicios del ser humano también están presentes en nuestros parientes animales más próximos. Algo que ocasionalmente se olvida entre el bombardeo masivo de instantáneas de adorables peludos con más preparación que una sesión de Annie Leibovitz, y que ilustra ese carácter primario, despiadado y salvaje que todavía continúa latiendo fuerte en lo que tradicionalmente se denomina como cerebro reptil.

Uno de los dos abismos entre los que tradicionalmente nos movemos los individuos humanos junto a la frialdad matemática e implacable del raciocinio robótico despojado de sentimientos. El de dónde venimos frente a la amenaza de en qué nos convertiremos, perfectamente representado en el concepto seminal de 'Era de Ultron vs Marvel Zombies' de James Robinson y Steve Pugh.

La amenaza de cada día


Ambientada en un territorio desolado en el que la vida humana se vende barata y no hay más expectativa que ser devorado por el insaciable apetito del instinto más puro o el exterminio a manos de la cúspide del desarrollo tecnológico civilizado, si bien al James Robinson actual se le notan aristas de óxido derivadas de la edad, nadie puede negarle que todavía posee parte de su agudeza a la ahora de dar forma bases conceptuales sugerentes. Ideas que van más allá del guiño a Solomon Kane a través de Punisher, llevándonos en esta segunda entrega de la serie de Secret Wars hasta un refugio en las profundidades de la zona prohibida del Mundo Batalla.

Bautizada con el nombre de 'Salvación', que este oasis en medio de dos apocalipsis -el de la barbarie antropófaga y la tiranía metálica- esté forjado en torno al triunvirato formado por La Antorcha Humana, Visión y El Hombre Maravilla, es tan lúcido como que sea un Hank Pym tan iniciático que está extraído de un siglo antes a su nacimiento. No tanto por las conexiones pasadas entre estos tres personajes que, a pesar de estar fuertemente arraigadas en la historia del universo Marvel -con Jim Hammond y Simon Williams como plantillas del cuerpo y cerebro de la Visión-, pocas veces se le ha sacado partido de forma conjunta. 

La trinidad de James Robinson. 
El hijo, el padre y el ser iónico zombie 

Me refiero a que en un relato en que la supervivencia se mide por la habilidad de escapar al satanás robot y las voraces fauces de nuestros difuntos, sean el apolíneo Adán de los sintezoides Marvel, el primer superhéroe zombie que regreso de entre los muertos y el producto de la unión de ambos quienes se erijan como última esperanza para el ser humano. Una aguda forma de inundar de matices el blanco y negro, recordando que si bien en los extremos está la perdición, es quizás en el balance adecuado y consciente entre nuestro instinto primario y la complejidad numérica de la razón donde podemos hallar esa zona segura en la que protegernos de nosotros mismos.

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