Cualquiera que me conozca
lo suficiente probablemente esté al tanto de mi fascinación hacia
los superhéroes capaces de llevar a cabo pequeñas grandes hazañas
aparentemente imposibles. Con esto no me refiero necesariamente a
historias en las que el Hombre Hormiga levante el Himalaya o que la
Avispa derrote a Galactus en una macrosaga de Jonathan Hickman, sino
a esos gestos de lucidez en los que por medio de algo minúsculo se
consigue un enorme bine para los demás.
Durante años, Superman
fue la principal encarnación de este concepto. No el Superman que
arrasa ciudades, parte cuellos y posa con aires de Jesucristo
reencarnado, sino aquel Superman que desafiaba a su padre rompiendo
la barrera del tiempo para salvar a Lois, que era capaz de lograr
algo tan impensable como mantenerse fiel a ella durante miles de años
sin la certeza de si esta seguía viva, grabar en su propia lápida
el epitafio “Continuará...” o salvar el multiverso arropando a
un vagabundo en un callejón. Últimamente sin embargo, este Superman
está algo distraído, por lo
que ha sido necesario que otros superhéroes mantengan viva esta
herencia, siendo con toda probabilidad la Imbatible Chica Ardilla de Ryan
North y Erica Henderson la que de forma más satisfactoria puede
haber conseguido llevarlo a cabo.
Las cosas importantes de la vida, resumidas por Batgirl
No
teniendo suficiente con una colección en la que lo mismo derrota a
Galactus que se erige como la primera superheroina que trata de
encontrar una solución no violenta a los conflictos, Doreen Green se
ha dejado caer este mes por la colección de Lobezna
-la sidekick / clon de Lobezno anteriormente conocida como X-23-,
constatando no solo que Tom
Taylor es lo mejor que le
ha pasado a su protagonista desde Marjorie Liu, sino que entiende
perfectamente a la Ardilla, usando a un personaje que no podría ser
más opuesto a Laura (X-23) como contrapunto perfecto para rescatarla
de sus abismos.
Anteriores gestas de la Chica Ardilla
Girando
todo alrededor de una disparatada historia en la que la Chica Ardilla
recluta a la nueva Lobezna para ayudar a unos roedores, y a pesar de
que todo el cómic -y la forma en la que el guionista rompe el tono
sin dejar de enlazar con la saga anterior- es una delicia, hay una
viñeta en concreto en la que no pude evitar detenerme y mirarla
fijamente. Dibujada por Marcio
Takara, en ella, la Chica
Ardilla coge su móvil para tomarse una selfie junto a ella mientras
le dice que sonría, y Laura... Sonríe. Algo que si no me equivoco
es la primera vez que he visto a X-23 en un cómic, y que tras tanto
como ha padecido a lo largo de su vida ya iba necesitando. Sobre todo
del forma tan espontánea, despreocupada y completamente natural en
la que se da la situación.
Su última gran hazaña
Tras
derrotar a Thanos y el Doctor Muerte, la Chica Ardilla ya tiene una
nueva gesta que añadir a su cuenta a través de algo tan sencillo
como una fotografía. En este caso probablemente incluso más
importante, ya que el tipo de heridas emocionales que carga X-23, no
son precisamente de las que cicatrizan fácilmente.
Lectura asociada recomendada: Reseña en X-Men Supreme
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