Cambiar de equipo
creativo resulta es duro. Sobre todo cuando sucede después de una
etapa particularmente inspirada que haya dejado huella entre los
seguidores del personaje o serie que ataña. Por mucho renombre o
esfuerzo que pueda aportar el nuevo guionista, es inevitable que
cambios más o menos pequeños empiecen a apreciarse en la
caracterización, enfoque o discurso, llegando a dificultar el
disfrute de una nueva andadura. Eso, cuando nos encontramos ante uno
de esos casos en los que el nuevo equipo es incapaz de entender en
absoluto que hace grande a la colección que tienen entre manos, o
muestren una dejadez que nos haga echar de menos todavía más al
equipo saliente y crecer en nuestra odio hacia los nuevos.
Casos como los de la
Patrulla-X tras la marcha de Claremont o Morrison, los Cuatro
Fantásticos cuando se fue John Byrne, Hulk tras la salida de Peter
David o los Runaways tras Brian K. Vaughan podrían ser un perfecto
ejemplo de este fenómeno, donde ni siquiera relevos relativamente
atinados como el Daredevil de Brubaker o el Ojo de Halcón de Jeff
Lemire consiguen hacer olvidar que Brian Michael Bendis o Matt
Fraction estuvieron antes.
Es por todo ello que no
podía evitar tener cierto miedo al adiós de Kelly Sue DeConnick
como guionista de 'La Capitana Marvel',
y lo que pudiera suponer la marcha de la creadora de 'Pretty
Deadly' y 'Bitch
Planet' de la vida de Carol Danvers. Tras décadas de
desmanes en los que -ni con todo el empeño del mundo con el que
Gerry Conway le calzase sus mallas- se pudo mantener al margen de los
robos de identidad, calamitosas violaciones paternofiliales por
cortesía de Shooter o crisis alcohólicas que le impedían levantar
cabeza, DeConnick consiguió no solo que su Capitana se convirtiese
en una de las figuras más inspiradoras del panorama enmascarado,
sino que marcó el comienzo de una nueva era para la superheroínas
Marvel.
No es
para nada gratuito considerar a la Capitana Marvel de Kelly Sue
DeConnick como la mejor etapa del personaje -ni Chris Claremont, ni
mucho menos Brian Reed consiguieron nunca reivindicarla con tanto
acierto-, ya que si bien tampoco hablamos de un “Watchmen”
de calidad incuestionable, rebosaba tal cantidad de esplendor
superheroico que muy pocos títulos actuales que la ganaban en su
juego. La duda, por tanto, era si Marvel iba a ser capaz de encontrar
a alguien que estuviera a la altura de la discípula de Warren Ellis.
Si Carol iba a continuar elevando su techo de vuelo o era mejor
decirle adiós tras la marcha de DeConnick a la espera de tiempos
mejores.
Para
conseguir tal gesta, la casa de las ideas reclutó los servicios de
las guionistas de 'Agente Carter' Tara Butters y Michele Fazekas,
junto al dibujante hasta el momento especializado en portadas y
rediseñar uniformes Kris Anka. Y si bien a día de hoy todavía no
he visto ningún episodio de la serie televisiva protagonizada por
Hayley Atwell, no hay mejor halago con el que referime a este nuevo
punto de inflexión en la andadura de Carol Danvers que decir que
estoy planteándome seriamente en animarme también con la Agente
Carter.
Sirviendo
tanto de continuación de la etapa DeConnick como de inicio de una
nueva etapa en la vida de su protagonista, el primer número de la
nueva serie de la Capitana Marvel aprovecha el contraste entre
sus raíces terrestres y el legado Kree sobre sus hombros,
convirtiendo a su protagonista en la responsable de una nueva
iniciativa para proteger la Tierra de las amenazas del espacio
exterior. Heredera de SWORD -así como del nombre de Alpha
Flight, al que le da un sentido mucho más estelar-, esta nueva
atalaya espacial liderada ahora por Carol Danvers se encarga de velar
por la seguridad del planeta azul, frente a cualquier tipo de
invasión desde las profundidades del especio exterior.
De la televisión al cómic
Como
primera entrega de la nueva colección, el debut de la Capitana
Marvel de Butters y Fazekas es enteramente un número de
presentación, que se limita a reintroducir a la protagonista en un
entorno que combina elementos de las anteriores etapas con otros
nuevos. La mayor parte de sus 21 páginas corresponden a escenas de
situación, en las que vemos a la protagonista emprender su viaje
desde la Nueva York en la que la dejamos cuando concluyó la serie de
DeConnick, hasta el puesto de mando en su nuevo cargo como guardiana
de la frontera espacial de nuestro planeta al frente de Alpha Flight.
Ahora
con Rhodey en la puerta de entrada del Triskelion,
luego con una Abigail Brand que no parece dispuesta a ponerle las
cosas fáciles o liderando al equipo de contingencia formado por los
antaño miembros del supergrupo canadienses... Así dicho quizás no
suene como lo más prometedor del mundo, ya que realmente no ofrece
nada radicalmente nuevo. Sin embargo, lo cierto es que llevaba sin
leer un número de presentación que estuviese tan estimulantemente
bien escrito desde el debut de los 'Astonishing
X-Men' de Joss Whedon y John Cassaday.
El mimo que ponen las guionistas en cada una de las escenas con las
que dan forma al nuevo papel de Carol Danvers crea un entorno lleno
de vida, en el que es posible sentir cada uno de los escenarios por
los que discurre el periplo como mucho más que un decorado. Con una
narración que destaca por su nitidez -sin por ello rechazar
florituras como la ruptura puntual de la linealidad-, Butters y
Fazeka consiguen transmitir una tridimensionalidad en la que hasta el
último de los figurantes trasciende a la condición del cliché,
dando forma a una compleja fauna humana en la que hasta la última
interacción destila interés y carisma.
Las nuevas responsabilidades de Danvers
Y
aunque es sin duda la Capitana quien se lleva el gato
flerken al agua mostrando lo que supone pasar de explorar las
profundidades del cosmos a lidiar con la interminable burocracia de
escritorio, no es que el resto de secundarios se lo ponga
precisamente fácil. El combo del intercambio de diálogos
ingeniosos, la agilidad con la que se desarrollan y como los
personajes ponen continuamente a prueba sus roles manejando la
información que se nos ofrece, consigue que escenas como las que
Carol comparte con Puck
en el gimnasio, la forma en la que se deja intuir que Abigail
Brand es mucho más que
lo que vemos o el cameo de Mapache
Cohete resulten tan
sugerentes que el cómic no sería menos disfrutables ni aunque
tuvieramos 12 números dedicados integramente a interacción.
Pero
como no solo de escenas de situación vive el lector de superhéroes,
las guionistas se preocupan de ofrecer los primeros detalles de la
que parece será el hilo argumental a largo plazo. Apenas unas
pinceladas, pero lo suficiente como para generar interés en un
número muy cinematográfico que se siente como los 10 primeros
minutos de un luminoso blockbuster de sci-fi espacial de dos horas.
Aquí es donde juega un importante papel la contribución del
dibujante Kris Anka, ya que si Mark Millar tuvo a un Bryan
Hitch para sus 'Ultimates', Butters y Fazekas consiguen en la
Capitana Marvel al mejor Anka que hayamos visto en mucho tiempo. A
pesar de que tiene viñetas mejores y peores y que tampoco es que de
repente se haya convertido en el mejor artista del mundo a la hora de
dibujar fondos, la expresividad de su trazo y el brío que transmiten
sus personajes es elogiable hasta el punto que es imposible no
dejarse arrastrar de la energía que transmite gracias en gran parte
a la inestimable colaboración del colorista Matthew Wilson.
Brillando por la interacción entre personajes
En
líneas generales, la nueva serie de la Capitana Marvel se presenta
con un prometedor arranque que destaca por su cuidado en los
detalles. Algo que desgraciadamente cada vez abunda menos dentro de
la tendencia a la frivolización en el cómic de superhéroes actual,
y que nos retrotrae a aquellos tiempos de la era Quesada en los que
cada serie nacía con la intención de ser la etapa definitiva
de su protagonista. Personaje central, secundarios, entorno y
propuesta argumental... Todos están expuestos de forma en la que la
inmersión en la lectura es total, señalando cuestiones como el reto
psicológico que supone vivir durante un tiempo prolongado en una
estación orbital separada de la Tierra.
Progresión
natural de la Capitana Marvel tras su mini-serie al frente de las
Carol Corps, nuestra Danver continúa creciendo y el
lanzamiento de esta nueva etapa a cargo de Butters, Fazekas, Anka y
Wilson animan a pensar que todavía nos quedan grandes horizontes a
los que continuar alzando el vuelo.
Para
otra opinión, echar un ojo a la reseña de Zona Zhero por el compañero aficionado a los cómics Ander Luque.
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