sábado, 24 de octubre de 2015

Bendis, y el género de Invencible Iron Man


De entre todas las cuestiones relativas al género, hay una disputa lingüistica en la que los defensores de la igualdad entre hombres y mujeres no terminamos de ponernos de acuerdo, ni aunque bajase Didio del Cuarto Mundo para retconear las barreras entre ambos sexos. Me refiero a la denominación genérica dentro del ámbito laboral, donde parece haber dos vertientes principales completamente enfrentadas: La castellana, según lo justo es que las mujeres que ejercen una profesión reciban una denominación que las identifique como tales (doctores y doctoras), y la británica, por la que todos los que desempeñan una profesión recibirían un mismo nombre independientemente del género (juez como término usado tanto para hombres como para mujeres).


Personalmente siempre he sido más de la última, ya que el mero hecho de dar validez a que terminos como “doctor” son masculinos solo porque históricamente eran hombres la mayoría de los que desarrollaban la profesión me parece sexista y discriminatorio para ellas. “Policía” es una palabra que tirando de las reglas del castellano debería ser femenina, y la única razón por la que no decimos “el policío” es porque se asume que es el artículo quien determina el género y porque son tantos años usándola para una profesión históricamente masculina que al final la asumimos como tal.


Tener que inventar nuevos términos para denominar a una mujer que ejerce una profesión o cargo -capitana, abogada, maestra, etc...- es en parte una forma de dar aprobación a que profesiones como la de doctor, juez,piloto o abogado, tienen un género y es el masculino, cuando en la actualidad hay miles de mujeres capaces de ejercerlas al mismo nivel o mejor que sus compañeros. No es que ahora de repente se vaya a venir a bajo toda la lucha por la igualdad de género, pero es una pequeña forma de que cuando visualicemos profesiones como “médico”, “marino”, “azafata”, “cocinero”, “obrero”, etc haya un mismo sexo que se nos venga a la cabeza, o visibles diferencias entre como visualizamos a un género dentro de la profesión y como visualizamos al otro.

Todo este rollo es en relación a un popular acertijo usado por los angloparlantes para determinar el grado de discriminación de género subconsciente que todavía conservamos, y que pierde todo su sentido en castellano. En él, se relata como un padre y un hijo viajan en un coche, y tienen un grave accidente en el que el primero muere y el segundo debe ser trasladado de urgencia a un hospital para ser atendido por un doctor. Cuando al fin llega la ayuda profesional, niega la atención alegando “No puedo tratarlo, es mi hijo”. ¿Cómo puede ser posible, si el padre murió en el accidente?


La clave radica en que, en inglés, “The Doctor” sirve para denominar indiferentemente tanto a “El Doctor” como a “La Doctora”, mientras que en castellano cuesta usarlo sin que se vea la trampa por que tenemos un “El Doctor” para denominar a los profesionales de la medicina de sexo masculino y un “La Doctora” para denominar a las profesionales de la medicina de sexo femenino como si no fueran lo mismo cuando en realidad lo son.


Siendo uno de los guionistas que más han hecho por la diversidad de género dentro del cómic de superhéroes americano, en el segundo número de su 'Invencible Iron Man' Brian Michael Bendis hace algo parecido al ponernos en una situación tan habitual en el género de espías, como una pareja entrando en una lujosa habitación de hotel para encontrar que alguien está aguardándole dentro con un arma cargada. Pese la apariencia corriente de la pareja a la que apunta la persona -Madame Máscara- con el arma, no tardamos en descubrir que se trata de un ex-agente de Hydra con conexiones en el mercado negro y una profesional del sexo a los que la villana se refiere como tal.

O eso es lo que nos puede dictar la costumbre del subconsciente, ya que los artículos están cambiados y en realidad es justo al revés: Ella es la agente de Hydra con amplia experiencia en el tráfico de información y él el donjuan al que ha llevado a una costosa cena con la intención de rematar con postre entre las sábanas de una lujosa suite. Los roles tradicionales de las tramas de espías, invirtiendo el género como herramienta para demoler la distribución encorsetada de los papeles de hombres y mujeres.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario