miércoles, 18 de febrero de 2015

Relaciones destructivas


No sería capaz de recordar los detalles exactos de la escena inicial de 'Duelo al Sol', más allá de que tiene lugar en la puerta de una cantina del viejo oeste, y la revelación que cambia la vida de Pearl Chavez. Pero si que recuerdo algo muy bien, y es la mirada de Jennifer Jones. Una mirada salvaje, felina e indómita, de una mujer que -si la vida le diese la espalda-, sería capaz de reventarle la cara hasta dejarse los puños sobre el coágulo. La expresión “mujer de armas tomar” ni siquiera raspa la superficie de la arrolladora fuerza de la naturaleza. Una entidad de pura pasión visceral e incontrolable a la que el destino la llevará hasta la hacienda de los McCanles para topar de bruces con Gregory Peck. Eterna figura del chico malo en su encarnación más criminal, bastarda y homicida, Peck es la imagen de Caín con un revolver en la mano. Una oveja descarriada que rechaza el rol de hijo pródigo, en contraposición a un Joseph Cotten relegado al papel del pobre diablo que siempre le toco ser. Con estos ingredientes, King Vidor firmó una historia de amor puro. Amor más grande que la vida. Amor peligroso y dañino, sin más consideración que el egoísmo de satisfacerse a si mismo y que desbocado es capaz de destruirlo todo a su paso.

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