martes, 17 de febrero de 2015

De mayor quiero ser...


Estás esperando un tren. Un tren que te llevará muy lejos. Tú sabes dónde quieres que este tren te lleve, pero no sabes dónde te llevará. Pero no importa, porque allá donde te lleve estaremos juntos. Palabras del canto de sirena con el que Mal hace efectivo su embrujo hacia Cobb, arrastrándolo a unos abismos que bien podrían ser los del propio Christopher Nolan.

A pesar de haber tonteado antes con el blockbuster, hay algo diferente en 'Origen' que la convierte en un punto de no retorno. La inflexión en la carrera del director de la trilogía de El Caballero Oscuro, a partir de la cual no sabe hacer otra cosa y se ve condenado a convertirse en un engranaje en las fauces de la bestia del taquillazo. El director de 'Memento' y 'El Truco Final' desaparece, dejándonos a la víctima voluntaria de la promesa de amor eterno cálida a la vez que envenenada del gran público. Nolan les pertenece y no están dispuestos a dejarlo escapar. 


Hay un momento clave a lo largo de la cinta en la que uno de los personajes proclama “Su subconsciente está militarizado”, frase tan absurdamente estúpida como brillante, que casi parece un desesperado intento del Nolan de antes para darnos un diagnóstico racional de lo que ha ocurrido. ¿Por qué hay tiros y hostias a tutiplen en 'Origen'? Porque el público así lo exige. Es el nuevo lenguaje por el que toca regirse si no quieres que invoquen a la parca de la decepción, el fracaso o el “Estas sobrevalorado”, y da igual si tu historia va sobre el paradigma de Mariló Montero o un sugerente relato noir sobre ladrones de sueños. Debe haber tiros. Y fanfarria. Mientras más ruidosamente epatantes mejor. 

Entumecido y deslumbrado a manos de un sueño eterno con forma de éxito, Nolan acababa de vivir el momento que Cliff Robertson definió como “en el que decidirás el hombre que serás durante el resto de tu vida” en cierta película de Sam Raimi (que también vendría bien para el caso). Pudiéndose haber narrado perfectamente como un melancólico relato onírico sobre la desconexión de la realidad, para Nolan 'Origen' fue cuando decidió que ya no se conformaba con nada pequeño, y que a partir de ahora todo lo que salga de sus manos será tan grande y monstruoso como la solo la mayor maquinaria de Hollywood lo permita.


Porque sí. Porque el sueño es cómodo y acogedor, y mientras duré seremos tan serviles como para dejarnos mecer en sus brazos y hacer todo lo posible para contentarlo y tener su favor. Al menos esperemos que en el proceso no perdamos del todo al Nolan de antes, y que si en algún momento el gran público le da la espalda por cualquiera de sus vicios y defectos -o simplemente es el propio director quien se aburre del blockbuster- podamos reencontrarnos con sus antiguos fueros.

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