Un laberinto imposible de resolver, a menos que cierres los ojos y te dejes guiar por el resto de los sentidos. En tal caso es relativamente sencillo salir de él. Claro que sigue habiendo una pega, y es que en el momento que abras los párpados, vuelves a la casilla de salida, como si nada de lo que haya ocurrido desde que escapaste del laberinto hubiera sucedido nunca. No importa que hayan pasado unos minutos, unas horas, días, meses o una vida entera. Otro alarde narrativo más de la que muy probablemente sea una de las series más febrilmente creativas a la hora de crear historias de planteamiento / nudo / desenlace, con el permiso de Batman TAS y Doctor Who
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