¿Por qué Los Inhumanos no son
asiáticos? Puede parecer una cuestión aleatoria dentro de la
corriente actual de poner en tela de juicio todo lo que damos por
asumido. ¿Por qué Superman no es negro? ¿Por qué el Capitán
América no es una mujer? Pero, se trata de una pregunta apoyada en
unas bases mucho menos teorícas, a la cual llevo dándole vueltas
desde hace ya tiempo.
En 1966, Stan Lee y Jack Kirby
continuaban con su periplo aventurero en los Cuatro Fantásticos,
introduciendo en sus páginas la nación de los Inhumanos.
Oculta durante años en el corazón de Asia, aquella cultura
hermética de llamativas costumbres se había desarrollado durante
milenios al margen del resto de la humanidad, creando una increíble
cultura plagada de maravillas y poderes que desafiaban todo lo que el
mundo occidental había conocido.
Presentada en una época en la que la
primera familia entró en contacto con otras culturas recónditas
como la Wakanda de Pantera Negra, en varias ocasiones he
discutido sobre compañeros aficionados la forma en la que las
principales naciones ficticias de la Marvel de aquella época servían
como una suerte de alegoría de los poderes políticos de su momento.
Tampoco es que se mostraran reacios a abordar otras situaciones de
forma directa, ya que los rusos eran rusos y Nueva York, Nueva York.
Sin embargo, también teníamos al
Doctor Muerte como representación de las dictaduras
centroeuropeas -mitad Drácula, mitad Ceaușescu-, a un Namor
de ojos rasgados al frente de una potencia marítima que atacaba de
forma masiva la Gran Manzana prácticamente a la vez que el bombardeo
de Pearl Harbor, Wakanda como imagen del potencial africano, y una
Attilan presentada prácticamente como una ficionalización
superlativa del gigante asiático.
Las superpotencias de la Marvel clásica
con Japón se equivocaron de costa
Potencia dormida con la capacidad de
hacer temblar el mundo, Kirby presentaba a los Inhumanos como
una cultura con estética de ascendencia asiática, gobernada por dos
hermanos barbilampiños de pelo negro azabache, donde además
teníamos a un tipo con aspecto de monje shaolin fino bigote en los
laterales de apariencia oriental, a otro tipo con la clásica estampade bárbaro norteño, otro con piel de dragón y un perrazo de
aspecto molosoide como los que se importaron desde la China Imperial
durante cientos de años. También había dos mujeres pelirrojas, sí.
Pero no es que el fenotipo pelirrojo sea extraño dentro de los
pueblos de asia, como es el caso de los uigures.
O en otras palabras, sobre el papel,
los inhumanos lo tenían todo para ser el gran supergrupo
asiático. Una civilización utópica de origen estelar. La
Wakanda del mayor continente del mundo, liderada por un
estoico Superman chino capaz de partirle la cara a Hulk,
pelearse con Thor y hacer que los Himalayas tiemblen con el sonido de
su voz. Miles de millones de copias vendidas en China. Y sin
embargo son blancos.
Por alguna extraña razón, teniendo en
cuenta como ese mismo año Marvel abrió las puertas de la
multiculturalidad con la nación de Pantera Negra, Jack Kirby decidió
complicarse la vida narrando que los Inhumanos en realidad era un
pueblo originario del norte del Atlántico -y con conexiones
con la Atlántida, de ahí el nombre de su ciudad- que se llevó su
reino volando hasta instalarse en los Himalayas. Y dos huevos duros.
El resultado es una potencia metahumana
con forma de nación poblada por hombres y mujeres con increíbles
poderes, en donde todo parece ser de ascendencia asiática, salvo
porque son más blancos que el traje del Caballero Luna. Con
tantos intentos como hay actualmente por diversificar los
macrouniversos de ficción y llegar a mecados como el chino con
remiendos como The Great Ten, Amadeus Hulk o el nuevo Super Man de origen
asiático, Marvel tuvo en sus manos la oportunidad de una gran
franquicia arraigada en el gigante ya no tan durmiente, y en su lugar
prefirieron convertirlos en unos caucásicos raros con los que no
termina de conectar nadie.
La cuestión, es ¿por qué? ¿Temían
que darle el nombre de “inhumanos” no fuera lo más apropiado
para el primer gran supergrupo asiático del cómic americano? ¿Que
la idea de una nación secreta escondida en los Himalayas más que
amistosa para el consumidor chino fuera precisamente lo contrario?
¿Simplemente en los sesenta, en plena Guerra Fría, en lo
último que pensaban eran en tener un baluarte con el que llegar al
publico oriental? Tampoco es que las relaciones con Rusia fueran
precisamente buenas, y eso no les impidió apostar por la Viuda
Negra, Coloso, Magik o la Guardia de Invierno, así que la pregunta
vuelve a ser, ¿por qué los inhumanos no son asiáticos, y por qué
nadie en Marvel ha visto el potencial para -dentro de lo que gusta en
china el cine de fantasía protagonizado por gente con poderes
increíbles- dejarse de historias, plantar Attilan en el mar de China
y comenzar a dibujarle a Rayo Negro, Maximus, Karnak, Gorgon y
compañía los ojos rasgados como debió ser desde un principio?
Quitando casos muy concretos como el
cambio de cuerpo de Mariposa Mental por cortesía de Jim Lee o la
introducción de nuevas versiones como el actual Halcón Nocturno, en
Marvel nunca han sido muy amigos de cambiar la imagen de los
personajes sobre la marcha, pero quizás este sea uno de esos casos
en los que debieron habérselo planteado hace mucho. O al menos,
siempre y cuando no sea demasiado tarde para dar el paso y asumir que
los inhumanos pudieron ser una gran franquicia apoyada en el mercado
asiático como Pantera Negra o Ms Marvel lo son para el
afroamericano o musulman, pero que ya no hay forma de quitarles esa
espina de mutantes espaciales
con toda la redundancia que eso conlleva. Quién sabe si el cine
podría ser la respuesta.
Versión en inglés aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario