domingo, 28 de agosto de 2016

El whitewashing de los Inhumanos


¿Por qué Los Inhumanos no son asiáticos? Puede parecer una cuestión aleatoria dentro de la corriente actual de poner en tela de juicio todo lo que damos por asumido. ¿Por qué Superman no es negro? ¿Por qué el Capitán América no es una mujer? Pero, se trata de una pregunta apoyada en unas bases mucho menos teorícas, a la cual llevo dándole vueltas desde hace ya tiempo.


En 1966, Stan Lee y Jack Kirby continuaban con su periplo aventurero en los Cuatro Fantásticos, introduciendo en sus páginas la nación de los Inhumanos. Oculta durante años en el corazón de Asia, aquella cultura hermética de llamativas costumbres se había desarrollado durante milenios al margen del resto de la humanidad, creando una increíble cultura plagada de maravillas y poderes que desafiaban todo lo que el mundo occidental había conocido. 





Presentada en una época en la que la primera familia entró en contacto con otras culturas recónditas como la Wakanda de Pantera Negra, en varias ocasiones he discutido sobre compañeros aficionados la forma en la que las principales naciones ficticias de la Marvel de aquella época servían como una suerte de alegoría de los poderes políticos de su momento. Tampoco es que se mostraran reacios a abordar otras situaciones de forma directa, ya que los rusos eran rusos y Nueva York, Nueva York.

Sin embargo, también teníamos al Doctor Muerte como representación de las dictaduras centroeuropeas -mitad Drácula, mitad Ceaușescu-, a un Namor de ojos rasgados al frente de una potencia marítima que atacaba de forma masiva la Gran Manzana prácticamente a la vez que el bombardeo de Pearl Harbor, Wakanda como imagen del potencial africano, y una Attilan presentada prácticamente como una ficionalización superlativa del gigante asiático. 


Las superpotencias de la Marvel clásica 
con Japón se equivocaron de costa

Potencia dormida con la capacidad de hacer temblar el mundo, Kirby presentaba a los Inhumanos como una cultura con estética de ascendencia asiática, gobernada por dos hermanos barbilampiños de pelo negro azabache, donde además teníamos a un tipo con aspecto de monje shaolin fino bigote en los laterales de apariencia oriental, a otro tipo con la clásica estampade bárbaro norteño, otro con piel de dragón y un perrazo de aspecto molosoide como los que se importaron desde la China Imperial durante cientos de años. También había dos mujeres pelirrojas, sí. Pero no es que el fenotipo pelirrojo sea extraño dentro de los pueblos de asia, como es el caso de los uigures. 


O en otras palabras, sobre el papel, los inhumanos lo tenían todo para ser el gran supergrupo asiático. Una civilización utópica de origen estelar. La Wakanda del mayor continente del mundo, liderada por un estoico Superman chino capaz de partirle la cara a Hulk, pelearse con Thor y hacer que los Himalayas tiemblen con el sonido de su voz. Miles de millones de copias vendidas en China. Y sin embargo son blancos.

Por alguna extraña razón, teniendo en cuenta como ese mismo año Marvel abrió las puertas de la multiculturalidad con la nación de Pantera Negra, Jack Kirby decidió complicarse la vida narrando que los Inhumanos en realidad era un pueblo originario del norte del Atlántico -y con conexiones con la Atlántida, de ahí el nombre de su ciudad- que se llevó su reino volando hasta instalarse en los Himalayas. Y dos huevos duros. 


El resultado es una potencia metahumana con forma de nación poblada por hombres y mujeres con increíbles poderes, en donde todo parece ser de ascendencia asiática, salvo porque son más blancos que el traje del Caballero Luna. Con tantos intentos como hay actualmente por diversificar los macrouniversos de ficción y llegar a mecados como el chino con remiendos como The Great Ten, Amadeus Hulk o el nuevo Super Man de origen asiático, Marvel tuvo en sus manos la oportunidad de una gran franquicia arraigada en el gigante ya no tan durmiente, y en su lugar prefirieron convertirlos en unos caucásicos raros con los que no termina de conectar nadie.

La cuestión, es ¿por qué? ¿Temían que darle el nombre de “inhumanos” no fuera lo más apropiado para el primer gran supergrupo asiático del cómic americano? ¿Que la idea de una nación secreta escondida en los Himalayas más que amistosa para el consumidor chino fuera precisamente lo contrario? ¿Simplemente en los sesenta, en plena Guerra Fría, en lo último que pensaban eran en tener un baluarte con el que llegar al publico oriental? Tampoco es que las relaciones con Rusia fueran precisamente buenas, y eso no les impidió apostar por la Viuda Negra, Coloso, Magik o la Guardia de Invierno, así que la pregunta vuelve a ser, ¿por qué los inhumanos no son asiáticos, y por qué nadie en Marvel ha visto el potencial para -dentro de lo que gusta en china el cine de fantasía protagonizado por gente con poderes increíbles- dejarse de historias, plantar Attilan en el mar de China y comenzar a dibujarle a Rayo Negro, Maximus, Karnak, Gorgon y compañía los ojos rasgados como debió ser desde un principio? 


Quitando casos muy concretos como el cambio de cuerpo de Mariposa Mental por cortesía de Jim Lee o la introducción de nuevas versiones como el actual Halcón Nocturno, en Marvel nunca han sido muy amigos de cambiar la imagen de los personajes sobre la marcha, pero quizás este sea uno de esos casos en los que debieron habérselo planteado hace mucho. O al menos, siempre y cuando no sea demasiado tarde para dar el paso y asumir que los inhumanos pudieron ser una gran franquicia apoyada en el mercado asiático como Pantera Negra o Ms Marvel lo son para el afroamericano o musulman, pero que ya no hay forma de quitarles esa espina de mutantes espaciales con toda la redundancia que eso conlleva. Quién sabe si el cine podría ser la respuesta. 

Versión en inglés aquí.  

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