domingo, 19 de abril de 2015

Demasiado viejo para este negocio


Hace no demasiados días, Joss Whedon expuso sus razones para no finalizar su saga de los Vengadores y Thanos con 'La Guerra de Infinito', alegando básicamente que ya no tenía edad para esos trotes, y que era el momento de que alguien más joven tomara las riendas. Algo que no resulta fácil de asimilar desde fuera, al hablar de un cineasta que -con 50 años- tampoco es que sea exageradamente mayor, y que prácticamente acaba de despuntar en la gran pantalla con un rompetaquillas y una secuela todavía por estrenar.

Pero entonces me da por intentar ver parte de 'Indiana Jones y El Reino de la Calavera de Cristal', y es como si los argumentos de Whedon cobrasen forma en una única cinta. Ahí está Indie con sus gracietas socarronas, los acertijos del pasado, las acrobacias en escenas de acción imposible y el encanto de la ambientación de época. Pero resulta que la acción no transmite ritmo hiperactivo, sino torpeza y tardar siempre demasiado en cambiar de plano. Que la ingeniosa fluidez de los diálogos se ha anquilosado y hasta las bromas a costa de estereotipos raciales se antojan rancias. Que la fotografía es mortecina, y que lo que antes era aventura y color hoy es un cansancio somnoliento.

Lo triste de 'Indiana Jones y El Reino de la Calavera de Cristal' no es ver a un Harrison Ford ya casi anciano o un cúmulo de disparates que poco tiene que envidiar a las anteriores. Lo realmente triste es contemplar como hasta cualquier Momia de Stephen Sommers la sobrepasa en brío al film de Steven Spielberg. De un director que antaño nos ofreció lo mejor del director, intentar volver a calzarse sus bambas de juventud, cuando quizás hubiera sido mejor dejar los juguetes de alguien a quien con más energía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario