Hay una idea que uno se
ve obligado a interiorizar cuando reside en una zona de montaña, y
es que el camino más adecuado entre dos puntos rara vez es la línea
recta. Da igual que sea la Cordillera Penibética o las colinas de
Hollywood: O cuentas un vehículo con la tracción de Spider-Man o
más te vale tener paciencia para lidiar con las incontables vueltas
y vueltas, curva de 180º tras curva de 180º que has de recorrer
cada día para llegar hasta tu casa o centro de trabajo, invirtiendo
una demencial cantidad de tiempo en comparación con los que viven en
zonas llanas. La idea de pisar el acelerador para satisfacer esa
fantasía de velocidad que nos hace pensar que vamos a llegar antes,
por lo que más te vale tomártelo con filosofía y tratar de
disfrutar de los paisajes que estás condenado a repetir hasta el fin
de los tiempos, a menos que tengas algún tipo de prisa por mudarte
al otro barrio.