
Pasar
buena parte del día de ayer fuera de casa me impidió sumarme al
ritual de lamento de las redes por la perdida de Muhammad
Ali. Tampoco es que puede
decir que haya sido un gran seguidor de la carrera deportiva del
púgil de 74 nacido como Casius Clay, pero como aficionado a la
Historia y el cine no puedo evitar profesarle ese respeto de tener un
mínimo de consciencia de la relevancia de su figura dentro del
devenir del último siglo.