domingo, 22 de octubre de 2017

La continuación de Blade Runner


We're all searching for something real” Vistas por segunda vez Blade Runner 2022, 2036, 2048 y 2049 tras revisar la cinta clásica hace unos días, cada vez más clara la impresión de que Villeneuve, Watanabe y compañía han sabido tomar el testigo de la obra de Ridley Scott, creando una experiencia difícilmente repetible con esta carta de amor en forma de puzzle de replicantes. Pocas películas de estas características se me ocurren en las que forma y sustancia se engarcen de forma tan fluida como esta -más allá de la colección de cortometrajes de Animatrix, Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas o Dolor y Dinero-, ni tampoco demasiadas en las que el público se haya sentido obligado a tomar un veredicto tan tajante con la película a medio digerir. 


Si esta misma prolongación de Blade Runner se hubiera estrenado de forma idéntica -plano a plano- en 1989, hoy seguramente estaríamos hablando de una saga indispensable. Pero como las expectativas, el renombre y el espejo del tiempo son así de jodidos, no faltan casos en los que se le echa en cara incluso características que eran fundamentales en el espíritu de la original (que no falta ni quien se queja del ritmo pausado, como si la de Scott hubiera destacado en algún momento por lo contrario). 

Quedándome de todo el conjunto con la presentación del personaje de Ryan Gosling y una escena final puramente Villeneuve de la que no se está hablando lo suficiente -que de toda la chicha de lo que hay entre medias ya habrá tiempo para hablar-, pocas continuaciones de sagas clásicas se me vienen a la cabeza que sean capaces de enriquecer y dar brillo a la original como esta de Blade Runner. Puede que Mad Max, sí. Pero no de la misma forma.

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