domingo, 22 de octubre de 2017

Bring me Joi

“I know you were special” De nuevo, más que posibles spoilers de Blade Runner 2049: Otra de las adiciones más interesantes de la película de Villeneuve a la saga es el personaje de Joi, interpretado por Ana de Armas. Su presencia da una dimensión mucho más amplia al conflicto entre hombres y humanos, haciendo que la sempiterna lucha entre el “yo” y el “otro” sea algo más que cosa de dos. Un tema que ya se deja a intuir a través del personaje de Dave Batista, señalando un salto generacional entre los antiguos modelos Tyrrell y los nuevos modelos modernos de la vida de Wallace (no muy diferente al que cualquiera haya podido experimentar en cualquier comunidad en la que surja una brecha entre “puretas” y “n00bs”, old school vs new school, lo viejo y lo nuevo). 



Con Joi se va un paso más lejos, al no tener ya solo humanos y diferentes modelos de replicantes, sino también inteligencias artificiales en su propia búsqueda de identidad. Y como no podía ser de otra forma, ninguno de los citados ve a los otros como su igual, ni humanos a los viejos replicantes, ni los viejos replicantes a los nuevos, ni los nuevos a las inteligencias artificiales de placer como Joi. “Nadie te espera en casa”, “Así que no te gustan las chicas reales”, etc... Son algunos de los comentarios que el personaje de Ryan Gosling recibe cada vez que alguien se refiere a su compañera virtual, con más intención hiriente que otra cosa.

Sobra hablar del momento Pinocho / Gepetto, en el que Gosling le regala ese chisme para que Joi esté más cerca de ser una “chica de verdad”, así como el momento de intimidad que viven ambos. Sin embargo, más relevante me parece como -en contraste con el Roy Batty de la primera entrega- el replicante al que da vida Ryan Gosling se pasa la mayor parte de la peli negando su propia identidad. Rechazando cualquier idea de que es “real”, hasta el punto de prácticamente venirse abajo tras obtener pruebas irrefutables de que lo es. Reflejado en una plácida, gélida y artificial calma hasta que se adentra en esta senda, para KD6-3.7 no parece haber nada más aterrador que saber que es algo más que un código de barras.

¿Y a que viene todo esto en relación con Joi? Pues a que básicamente es ella la que le está empujando en esa dirección regándole el oído con sus continuos “sabía que eras especial...” o siendo la responsable de su “bautismo” dándole nombre. Un nombre (“Joe”) sospechosamente parecido al suyo, con el que no quedan demasiado veladas las implicaciones, de que detrás de la búsqueda de identidad de KD6-3.7 está la de Joi. Porque si él es real, ella en parte también lo es. Reflejo de buscar la realización propia a través de convertirse en parte de la realización de otra persona, y que desgraciadamente acaba como acaba, con revelaciones tan jodidas para los dos como el verdadero origen del nombre de “Joe”.

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