lunes, 11 de enero de 2016

David Bowie que estás con nosotros


Este no es un post dedicado a hacer un repaso por la inabarcable contribución de David Bowie en la cultura popular. Ni dispongo del conocimiento como para que embarcarme en una gesta de tales proporciones fuera poco menos que presuntuoso, ni tengo el tiempo necesario como para que tratar de escribir algo que hiciera justicia al legado del Duque Blanco sin que terminase convirtiéndose en una temeridad (algún día tendré que hablar de los posts similares que tengo todavía en borradores, incluido un repaso del papel de Marte dentro de la ficción...). La cuestión es que si algo puedo afirmar como cualquier hijo de vecina que lleve el suficiente tiempo consumiendo historias, música e imágenes de todo aquello que se ponga a tiro y tenga la pinta de merecer ser consumido, es que no se le puede negar su condición como una de las figuras más influyentes que ha dado la cultura del último medio siglo.

Mucho antes de que George Lucas comenzase a llenar el cosmos de luces de neón, Bowie tomó el relevo de Stanley Kubrick para vestir las estrellas de una irresistible psicodilia pop con aroma a Michael Moorcock, moldeando con su música al Mayor Tom y Ziggy Stardust. No faltando las disertaciones sobre cómo sus creaciones pudieron haber influido al Adam Warlock y otros trabajos de Jim Starlin, el camaleón prosiguió embarcado en su odisea de reinvención personal a través de diferentes fases, dando lugar a otra de sus caracterizaciones que alcanzarían la inmortalidad en una de sus más populares contribuciones a la gran pantalla: El rey duende Jareth de 'Dentro del Laberinto' como majestuoso monarca de la estética glam.

Los ochenta se volvieron locos con su personaje para la película de Jim Henson, y de repente la imagen de Jareth podía rastrearse desde los Nuevos Mutantes de Louise Simonson hasta el gran colofón de las sagas de los X-Men de la década -'Inferno'- bautizando a su sexualizada villana capital como nada menos que la Reina Duende. Eran las puertas de los noventa, y si Alan Moore había usado a Sting como modelo para concebir a John Constantine, Neil Gaiman decidió que el tampoco podía ser menos. Ttras darle el rostro de Peter Murphy al señor de los sueños Morfeo, el escritor de 'Sandman' decidió que el ángel caído Lucifer Morningstar no podía ser otro que David Bowie.

Desde su papel como secundario en la colección de Gaiman hasta la posterior serie propia de Mike Carey ya en plenos siglo XXI, el rostro de Bowie quedó vinculado a la estrella del alba, poco antes de que el cantante decidiera tomarse uno de sus mayores lapsos creativos. ¿Qué menos que un merecido descanso tras más de cuatro décadas que lo habían elevado como uno de los mayores referentes musicales de la Historia? Obligado a disminuir su contribución activa por culpa de una lesión cardíaca, su legado contuó creciendo desde en bandas musicales de nuevo cuño como Arcade Fire hasta en interpretes de cine que nunca han escondido la influencia del artista en gran parte de su filmografía como es el caso de la actriz Tilda Swinton.

Lejos de mermarse, la condición de Bowie como icono cultural no dejó de crecer, y ahí que lo teníamos embarcado a la dominación mundial junto a Iggy Pop y Klaus Nomi en 'Venture Bros', al paso que su hijo Duncan Jones comenzaba a labrase su salto al cine con -como no- la historia de un astronauta varado en la soledad de 'Moon'. En el cómic actual, completos melómanos como Matt Fraction, Kelly Sue DeConnick, Kieron Gillen o el matrimonio Allred no han dejado de dar buena cuenta de su pasión por la música de Bowie en trabajos como 'Casanova', 'FF', 'Capitana Marvel', 'The Wicked + The Divine' o el 'Red Rocket 7' al que muy acertadamente se refiere Santiago Negro, siendo posible encontrar obras enteramente basadas en la mitología construida por el artista en creaciones como el webcómic 'Happy Birthday, Major Tom...' de Ed Hawkins y los Fillbach Bros.

http://www.roninspoon.com/2009/01/19/on-writing-a-comic/
No siendo posible poner en duda que con la muerte de David Bowie se nos ha ido uno de los talentos creativos más desbordantes de nuestra Historia reciente, las trazas de la herencia de su contribución artística al mundo audiovisual se extiende como una infinita madeja, llegando a convertir su propio su fallecimiento en una forma de expresión artística con motivo de la salida de su último álbum 'Blackstar' como expone el compañero de Cultture Miguel Herrador. Pasarán muchos años hasta que las conjunciones astrales vuelvan a ofrecernos a alguien del talento de David Bowie. Hasta entonces, la huella de su paso por este mundo sigue acompañándonos como una figura imprescindible para entender la cultura contemporánea.



ACTUALIZADO: Como ya comentaba, es imposible aspirar a cubrir toda la enorme influencia de la figura de David Bowie dentro del imaginario colectivo solo con echar la vista atrás durante unas horas. Gracias a Comix y otros conocidos de las redes sociales, nuca viene mal recordar como el Joker de Frank Miller en 'El Regreso del Caballero Oscuro' estaba inspirado en Bowie en su persona del Gran Duque Blanco, de la misma forma que habría que plantearse cuanto le debe Morrison en su idea de que el agente del caos se reinventa constantemente. Al escocés siempre le ha tirado la cultura musical como ya dejara muy claro en obras como Zenith o Sebastian O, usando tambien al camaleón como base para su Marvel Boy Noh-Varr con su "Bienvenidos a la capital del nuevo imperio Kree" o el "Come with me if you want to be awesome" de Gillen y McKelvie, de la misma forma que también puede rastrearse el legado de David Bowie en el Starman Mikaal Tomas de Gerry Conway en los setenta, a quien posteriormente recuperaría James Robinson tanto en su serie homónima como en la Liga de la Justicia.


Ni siquiera falta quien se atreve a sugerir la posible influencia de la figura de Bowie en el siempre británico Doctor Who, algo que no sabría decir hasta que punto puede ser atrevido teniendo en cuenta que las carreras de ambos nacieron prácticamente a la par. El concepto de las regerenaciones sin embargo no fue desarrollado hasta mucho más adelante en unos setenta en los que los que el catante ya había comenzado a dar rienda a su vena más camaleónica, así que quien sabe. Lo que no cabe duda es que a lo largo de su longeva historia no han faltado los guiños al cantante, destacando un Peter Capaldi que como fan de su música cuenta con un traje inspirado en la apariencia de unos de looks de David Bowie como comenta Montse García en su artículo para Papel Psíquico.


Dentro del cine, es innegable su influencia en 'Los Guardianes de la Galaxia' de James Gunn más allá de la inclusión de su tema 'Moonage Daydream' a la llegada a ese Sapiencial plagado por la colorida excentricididad de los años setenta. Apenado por la muerte del artista del que era fan, Gunn ha declarado que llevaba tiempo tratando de convencer a David Bowie de tener un cameo en la secuela de su saga de películas espaciales para Marvel Studios, algo que desgraciadamente la muerte del alterego físico del Mayor Tom / Ziggy Stardust no nos permitirá.


Pudiéndose ver parte los gustos estéticos y excentricidades de aquel movimiento del que Bowie fue figura capital en el Coleccionista de Benicio del Toro -aunque es más que probable que su personaje beba más del Andy Warhol a quien Bowie dedicase un tema e interpretase en 'Basquiat', así como de Liberace que de el camaleón-, el fallecido artista también sirvió de inspiración para otros personajes cinematográficos como el Dave de Michael Fassbender en 'Prometheus', el Brian Slade de Jonathan Rhys-Meyer en 'Velvet Goldmine' de Tod Haynes o Zuse/Castor de Michael Sheen en 'Tron Legacy', como tampoco creo que escondiesen demasiado G.R.R. Martin y los suyos las influencias de Jareth a la hora de convertir a Linda Hamilton y Ron Perlman en unas versiones urbanas de 'La Bella y la Bestia' en unos decadentes ochenta.

La mayor parte de estos usos del legado de David Bowie dentro de la cultura popular son diseccionados por Mary Parr en What Culture, quien además señala su contribución al mundo de los videojuegos, hasta el punto de que ha llegado a hablarse de su influencia en prácticamente... todo. El propio cantante ya flirteo con el medio al producir además poner voz y música a uno de los personajes centrales de 'Omikron: The Nomad Soul', juego de aventuras desarrollado por Quantic Dream y Eidos Interactive, que acabaría convirtiéndose en figura de culto por el papel de David Bowie como Boz. Su particular estilo visual ha calado con fuerza en los universos imaginarios de infinidad de plataformas jugables contemporáneas, no faltando webs como Destructoid, GiantBomb o Thor.mirtha tratando de cubrir el rastro de su imagen a través de infinidad de videojuegos para terminar dándose cuenta de que es prácticamente imposible sin terminar descubriendo cada más referentes mientras más a fondo se mira.


Una de las trampas en las búsquedas de trazas, donde el rastreador puede acabar viendo fantasmas donde termina siendo difícil tener claro donde acaban las influencias reales y donde empiezan los fantasmas del subconsciente. Pero si nos limitamos a los fans declarados de David Bowie, el creador de 'Metal Gear Solid' Hideo Kojima está entre los que nunca han ocultado su pasión por la música del Duque Blanco, incluyendo varios de sus temas en diferentes entregas de la saga a la par que no son poco los personajes de su creación que recuerdan sospechósamente a la imagen de David Bowie en distintos momentos a lo largo de su carrera.



Si el legado de la leyenda fuera de la música es inabarcable, dentro de la misma es tan extenso que desde mi conocimiento personal como mero aficionado ni siquiera se por donde empezar. Cuando ni siquiera plataformas más o menos serias he llegado a encontrar una publicación que trate de dar una visión general de su herencia más allá del artículo de la revista Time en el que repasa de forma general aspectos como su teatralidad, la constante evolución de su imagen, su espíritu sci-fi o su sexualidad andrógina. A partir de esos cuatro pilares todo es cuestión de tirar de la madeja, pudiendo encontrar influencias musicales tan claras como las presentes en William Butler y los citados Arcade Fire o el californiano Beck, quien ya realizara un fastuoso homenaje al maestro con su reinterepretación de 'Sound and Vision' como un espectáculo musical de 360º. Tampoco es que haga falta explicar demasiado como su estilo rompedor e iconoclasta se encuentra entre las referencias principales de Marilyn Manson o Lady Gaga entre otros nombres como Alice Cooper o Madonna. Si a ellos sumamos el rol de los diferentes personajes de Bowie como precursores en la creación de la ficticia Cindi Mayweather de la saga musical robótica de Janelle Monáe o como su fijación espacial continúa presente en bandas como los australianos Pond y sus últimos 'Hobo Rocket' y 'Man It Feels Like Space Again', el creador de 'Hunky Dory' está tan presente en la base integral de la música, siendo tantas y tantas las versiones de sus singles, bases musicales heredadas y actitudes que buscan deliberadamente emular a la suya, que es imposible negarle su lugar entre los cuatro o cinco músicos más influyentes de la historia reciente.



La extensión exacta en la que David Bowie ha llegado a calar en nuestra cultura con su música, imagen y forma de vida es un absoluto misterio en el que es inevitable plantearse cuestiones a cada paso que damos. ¿Hay relación directa en que justo tres años después de que saltase al escenario con un parche a causa de un agudo caso de conjuntivitis Leiji Matsumoto crease a su Capitán Harlock? ¿Son casuales las similitudes entre el look facial de los personajes de la reinvención de 'Glory' a cargo de Sophie Campbell y Joe Keatinge con los de su Ziggy Stardust? Con su rompedora forma de abordar todo lo que hacía, David Bowie cambió nuestra percepción del mundo. Una reacción musical en cadena que convivió junto a nostros durante los sesenta y nueve años que pueden dividirse como la forma dual y sexualizada del signo de infinito, y que caló tan hondo que pasarán otros muchos hasta que nos abandone del todo a pesar de su muerte.

 
EDITADO 2: Con lo fan que soy de su trabajo en tanto 'Adventure Time' como -sobre todo- en 'Forming', bien podría haberme acordado del trabajo de Jesse Moynihan en la última a la hora de hablr de cosas que le deben mucho al legado audiovisual de David Bowie. 

2 comentarios:

  1. (Como sabes, no me gusta que los blogs se estén quedando sin vida en los comentarios por las redes sociales, así que te posteo aquí también mi comentario si no te importa)

    Ayer le comentaba a mi pareja que la historia de los últimos cincuenta años de arte no se entiende sin Bowie. Sin él, puede que tuviéramos arte, pero, sin duda, no sería el mismo arte que Bowie ha influido de tantas maneras y en tantos campos, porque no solo hablamos de música, sino también de cine y otras artes. Y de ahí pasamos a todos esos artistas que se han visto influenciados por Bowie, como Neil Gaiman (como bien mencionas en el post; añadiría que el primer dibujante de Sandman, en sus bocetos, hizo un Sandman muy Bowie y, ya dentro de su carrera, Gaiman aceptó hacer, al principio de su carrera, un libro biográfico sobre un músico pensando en alguien como Bowie y al final lo hizo de... Duran Duran). Y añadimos una galería increíble como la que mencionas y otros como Gerard Way (tanto en su banda como en el aire ecléctico de sus cómics) y así sin parar.

    Los últimos cincuenta años de arte no serían los mismos sin Bowie, insisto, y sí, Daniel, creo que es uno de esos temas en los que da para buscar y buscar información (da para un libro). Al menos, podremos decir que nosotros vivimos en la época en la que este duque blanco hizo magníficos discos como The Next Day. De todos modos, darte como siempre la enhorabuena por tu texto Daniel (disculpa las faltas al compartirlo, lo hice con el móvil y es lo que tiene esto...). Un placer poder deambular entre viñetas con referencias a Bowie que recoges en tu trabajo.

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    1. Muy de acuerdo en todo sobre lo diferente que habría sido la cultura popular de estos últimos cincuenta años sin Bowie, Carlos. Aunque también hay que decir que la conjunción artistica que se dio en los sesenta con peña como Los Beatles, Andy Warhol, Stan Lee y un larguísimo etcétera entre los que estaría el propio Bowie es prácticamente única y no creo que haya llegado a superarse. Muy de acuerdo también en lo de Gerard Way, especialmente en los cómics. Lástima que tampoco se prodigue demasiado...

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