domingo, 24 de enero de 2016

Capitana Marvel de Tara Butters, Michele Fazekas y Kris Anka


Cambiar de equipo creativo resulta es duro. Sobre todo cuando sucede después de una etapa particularmente inspirada que haya dejado huella entre los seguidores del personaje o serie que ataña. Por mucho renombre o esfuerzo que pueda aportar el nuevo guionista, es inevitable que cambios más o menos pequeños empiecen a apreciarse en la caracterización, enfoque o discurso, llegando a dificultar el disfrute de una nueva andadura. Eso, cuando nos encontramos ante uno de esos casos en los que el nuevo equipo es incapaz de entender en absoluto que hace grande a la colección que tienen entre manos, o muestren una dejadez que nos haga echar de menos todavía más al equipo saliente y crecer en nuestra odio hacia los nuevos.

Casos como los de la Patrulla-X tras la marcha de Claremont o Morrison, los Cuatro Fantásticos cuando se fue John Byrne, Hulk tras la salida de Peter David o los Runaways tras Brian K. Vaughan podrían ser un perfecto ejemplo de este fenómeno, donde ni siquiera relevos relativamente atinados como el Daredevil de Brubaker o el Ojo de Halcón de Jeff Lemire consiguen hacer olvidar que Brian Michael Bendis o Matt Fraction estuvieron antes. 


Es por todo ello que no podía evitar tener cierto miedo al adiós de Kelly Sue DeConnick como guionista de 'La Capitana Marvel', y lo que pudiera suponer la marcha de la creadora de 'Pretty Deadly' y 'Bitch Planet' de la vida de Carol Danvers. Tras décadas de desmanes en los que -ni con todo el empeño del mundo con el que Gerry Conway le calzase sus mallas- se pudo mantener al margen de los robos de identidad, calamitosas violaciones paternofiliales por cortesía de Shooter o crisis alcohólicas que le impedían levantar cabeza, DeConnick consiguió no solo que su Capitana se convirtiese en una de las figuras más inspiradoras del panorama enmascarado, sino que marcó el comienzo de una nueva era para la superheroínas Marvel.

No es para nada gratuito considerar a la Capitana Marvel de Kelly Sue DeConnick como la mejor etapa del personaje -ni Chris Claremont, ni mucho menos Brian Reed consiguieron nunca reivindicarla con tanto acierto-, ya que si bien tampoco hablamos de un “Watchmen” de calidad incuestionable, rebosaba tal cantidad de esplendor superheroico que muy pocos títulos actuales que la ganaban en su juego. La duda, por tanto, era si Marvel iba a ser capaz de encontrar a alguien que estuviera a la altura de la discípula de Warren Ellis. Si Carol iba a continuar elevando su techo de vuelo o era mejor decirle adiós tras la marcha de DeConnick a la espera de tiempos mejores.


Para conseguir tal gesta, la casa de las ideas reclutó los servicios de las guionistas de 'Agente Carter' Tara Butters y Michele Fazekas, junto al dibujante hasta el momento especializado en portadas y rediseñar uniformes Kris Anka. Y si bien a día de hoy todavía no he visto ningún episodio de la serie televisiva protagonizada por Hayley Atwell, no hay mejor halago con el que referime a este nuevo punto de inflexión en la andadura de Carol Danvers que decir que estoy planteándome seriamente en animarme también con la Agente Carter.

Sirviendo tanto de continuación de la etapa DeConnick como de inicio de una nueva etapa en la vida de su protagonista, el primer número de la nueva serie de la Capitana Marvel aprovecha el contraste entre sus raíces terrestres y el legado Kree sobre sus hombros, convirtiendo a su protagonista en la responsable de una nueva iniciativa para proteger la Tierra de las amenazas del espacio exterior. Heredera de SWORD -así como del nombre de Alpha Flight, al que le da un sentido mucho más estelar-, esta nueva atalaya espacial liderada ahora por Carol Danvers se encarga de velar por la seguridad del planeta azul, frente a cualquier tipo de invasión desde las profundidades del especio exterior.

De la televisión al cómic

Como primera entrega de la nueva colección, el debut de la Capitana Marvel de Butters y Fazekas es enteramente un número de presentación, que se limita a reintroducir a la protagonista en un entorno que combina elementos de las anteriores etapas con otros nuevos. La mayor parte de sus 21 páginas corresponden a escenas de situación, en las que vemos a la protagonista emprender su viaje desde la Nueva York en la que la dejamos cuando concluyó la serie de DeConnick, hasta el puesto de mando en su nuevo cargo como guardiana de la frontera espacial de nuestro planeta al frente de Alpha Flight.

Ahora con Rhodey en la puerta de entrada del Triskelion, luego con una Abigail Brand que no parece dispuesta a ponerle las cosas fáciles o liderando al equipo de contingencia formado por los antaño miembros del supergrupo canadienses... Así dicho quizás no suene como lo más prometedor del mundo, ya que realmente no ofrece nada radicalmente nuevo. Sin embargo, lo cierto es que llevaba sin leer un número de presentación que estuviese tan estimulantemente bien escrito desde el debut de los 'Astonishing X-Men' de Joss Whedon y John Cassaday. El mimo que ponen las guionistas en cada una de las escenas con las que dan forma al nuevo papel de Carol Danvers crea un entorno lleno de vida, en el que es posible sentir cada uno de los escenarios por los que discurre el periplo como mucho más que un decorado. Con una narración que destaca por su nitidez -sin por ello rechazar florituras como la ruptura puntual de la linealidad-, Butters y Fazeka consiguen transmitir una tridimensionalidad en la que hasta el último de los figurantes trasciende a la condición del cliché, dando forma a una compleja fauna humana en la que hasta la última interacción destila interés y carisma.

Las nuevas responsabilidades de Danvers

Y aunque es sin duda la Capitana quien se lleva el gato flerken al agua mostrando lo que supone pasar de explorar las profundidades del cosmos a lidiar con la interminable burocracia de escritorio, no es que el resto de secundarios se lo ponga precisamente fácil. El combo del intercambio de diálogos ingeniosos, la agilidad con la que se desarrollan y como los personajes ponen continuamente a prueba sus roles manejando la información que se nos ofrece, consigue que escenas como las que Carol comparte con Puck en el gimnasio, la forma en la que se deja intuir que Abigail Brand es mucho más que lo que vemos o el cameo de Mapache Cohete resulten tan sugerentes que el cómic no sería menos disfrutables ni aunque tuvieramos 12 números dedicados integramente a interacción.

Pero como no solo de escenas de situación vive el lector de superhéroes, las guionistas se preocupan de ofrecer los primeros detalles de la que parece será el hilo argumental a largo plazo. Apenas unas pinceladas, pero lo suficiente como para generar interés en un número muy cinematográfico que se siente como los 10 primeros minutos de un luminoso blockbuster de sci-fi espacial de dos horas. Aquí es donde juega un importante papel la contribución del dibujante Kris Anka, ya que si Mark Millar tuvo a un Bryan Hitch para sus 'Ultimates', Butters y Fazekas consiguen en la Capitana Marvel al mejor Anka que hayamos visto en mucho tiempo. A pesar de que tiene viñetas mejores y peores y que tampoco es que de repente se haya convertido en el mejor artista del mundo a la hora de dibujar fondos, la expresividad de su trazo y el brío que transmiten sus personajes es elogiable hasta el punto que es imposible no dejarse arrastrar de la energía que transmite gracias en gran parte a la inestimable colaboración del colorista Matthew Wilson.

Brillando por la interacción entre personajes

En líneas generales, la nueva serie de la Capitana Marvel se presenta con un prometedor arranque que destaca por su cuidado en los detalles. Algo que desgraciadamente cada vez abunda menos dentro de la tendencia a la frivolización en el cómic de superhéroes actual, y que nos retrotrae a aquellos tiempos de la era Quesada en los que cada serie nacía con la intención de ser la etapa definitiva de su protagonista. Personaje central, secundarios, entorno y propuesta argumental... Todos están expuestos de forma en la que la inmersión en la lectura es total, señalando cuestiones como el reto psicológico que supone vivir durante un tiempo prolongado en una estación orbital separada de la Tierra.

Progresión natural de la Capitana Marvel tras su mini-serie al frente de las Carol Corps, nuestra Danver continúa creciendo y el lanzamiento de esta nueva etapa a cargo de Butters, Fazekas, Anka y Wilson animan a pensar que todavía nos quedan grandes horizontes a los que continuar alzando el vuelo. 

 
Para otra opinión, echar un ojo a la reseña de Zona Zhero por el compañero aficionado a los cómics Ander Luque.

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