Polémico
donde los haya. O te gusta mucho o no te gusta nada. Pocos son los
que habitan el limbo del variable término medio para un guionista
que polariza tanto las opiniones que, cada vez que se prepara para
cambiar de serie, es como estar ante una ronda de penalties en la
final de un mundial. Más si tenemos en cuenta lo impredecible que
puede llegar ser, y aunque rara vez suele dejar trabajos
deplorables, no faltan
aficionados que no quieren ver ni en pintura sus innovaciones
fuera de tiesto, su descompressive storytelling o la inocuidad locuaz
de sus Guardianes de la Galaxia.