A
pesar de que llevo tiempo sin disfrutar ninguna de sus obras como lo
hiciera en los tiempos de Authority, The Ultimates o Enemigo del
Estado -de hecho suelo esperarme a las adaptaciones de Matthew
Vaughn, que es donde más fácilmente conecto con ellas-, si hay algo
que me fascina de Mark
Millar es su habilidad
para parir contundentes premisas con gran potencial para el cine.
Pura carne de Hollywood que tiene a la mitad de los estudios de la
meca del séptimo arte peleándose por trasladar sus cómics a la
gran pantalla, si eres de los que albergan la sospecha de que el
guionista británico lleva de un tiempo a esta parte completamente
dedicado a crear propuestas golosas que le hagan engrosar su cuenta
bancaria a base de derechos cinematográficos, la sinopsis de su
próximo Reborn
difícilmente te va hacer
cambiar de idea.