Nunca pensé que llegaría
a afirmar esto, pero a J'onn J'onzz le ha venido bien quedarse fuera
de La Liga de la Justicia. Miembro histórico del grupo de
superhéroes por antonomasia de DC Comics, a pesar de que Cyborg esta
lejos -todavía- de ser un suplente a la altura de su legado, el
Detective Marciano llevaba demasiados años encasillado en un
rol que ya olía a viejo desde la cancelación desde mucho antes de
Star Trek. Porque hubo un tiempo en el que todos los grupos -de
superhéroes, de amigos, música o deportivo- tenían un integrante
freak y extraño que hacía las veces de Señor Spock. Esa
incógnita indescifrable que camina, siempre dispuesto a
sorprendernos en el momento oportuno, ya sea con una respuesta o una
muestra de humanidad que nadie espera. Pero la familiaridad es la
muerte del misterio, y J'onn J'onzz se había quedado tan por detrás
del resto de Los Mejores del Mundo
que desde hace ya tiempo no era otra cosa que la mascota
de La Liga de la Justicia.
Su
muerte sacrificial en 'Final Crisis' fue la mejor forma de llamar la
atención a la necesidad de cerrar página para dar paso a un nuevo
capítulo, y aunque desde entonces el personaje ha dado demasiados
tumbos entre 'Stormwatch' y derivados de marca blanca de la Liga de
la Justicia, la nueva colección del Detective Marciano de Williams y
Barrows está sirviendo para -con solo dos números- recordarnos cual
es el terreno en el que J'onzz mejor funciona.