Durante mis alocados
años de inocente juventud tuve un período en el que engullía las
novelas de Michael
Crichton como si fueran
roscos. Más literal en lo segundo que en lo primero, llegué a leer
prácticamente de todo lo que hizo el autor, desde libros buenos a
libros malos, sin olvidar los libros muy malos (y los que no leía,
me veía la película). No en vano, Parque
Jurásico fue la primera
novela no infantil que
tengo conciencia haber leído, y aunque en retrospectiva me es
imposible no echarme las manos a la cabeza ante muchos de sus
descalabros, por aquel entonces la disfrutaba tanto que podía a
llegar a leerla varias veces en un mismo mes.