A
pesar de que llevo tiempo sin disfrutar ninguna de sus obras como lo
hiciera en los tiempos de Authority, The Ultimates o Enemigo del
Estado -de hecho suelo esperarme a las adaptaciones de Matthew
Vaughn, que es donde más fácilmente conecto con ellas-, si hay algo
que me fascina de Mark
Millar es su habilidad
para parir contundentes premisas con gran potencial para el cine.
Pura carne de Hollywood que tiene a la mitad de los estudios de la
meca del séptimo arte peleándose por trasladar sus cómics a la
gran pantalla, si eres de los que albergan la sospecha de que el
guionista británico lleva de un tiempo a esta parte completamente
dedicado a crear propuestas golosas que le hagan engrosar su cuenta
bancaria a base de derechos cinematográficos, la sinopsis de su
próximo Reborn
difícilmente te va hacer
cambiar de idea.
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lunes, 6 de junio de 2016
viernes, 26 de febrero de 2016
Cry Havoc, el tiempo del lobo
¿Cómo de dueños somos
realmente de los cambios que experimentamos a lo largo de nuestra
vida? ¿Alguna vez habéis mirado atrás y os ha costado relacionar a
la persona que eráis entonces con quienes sois ahora? ¿Os habéis
sentido alguna vez como si contemplaseis a una suerte de crash-dummie
vacío guiado por una inercia desconocida cuando contempáis a ese
yo-pasado sin entender algunas de las decisiones que tomastéis en
vuestra vida? ¿Cómo ha afectado esta indescifrable yo que ya no
está en vuestro presente? Hace unos días realizaba un exhaustivo -y
demasiado farragoso para lo que me habría gustado- análisis delprimer número de Cry Havoc, la nueva serie de Simon
Spurrier para Image Comics. Leída la segunda entrega, no tengo
la menor idea de a donde pretende llevarnos el guionista, pero el
relato que está construyendo se presenta como un entramado tan
complejo, tan desquiciadamente planificado hasta los más enfermizos
detalles y tan perturbadoramente extraño que creo que ya estoy
atrapado.
jueves, 7 de mayo de 2015
Drifter de Nic Klein
Que Nic Klein no
solo no consiguiese echar raíces en Marvel, sino que prácticamente
saliera por la puerta de atrás en su paso por Capitán América
es algo que se me escapa. Cualquiera que hubiera dejado una muestra
de talento como la que él ofreció en Thor y -sobre todo-
Winter Soldier desde luego merecía más suerte. Pero entonces
se alterna con Carlos Pacheco en la serie del Centinela de la
Libertad, y por mantener la coherencia gráfica de la serie le
llueven palos de forma incomprensible por todos lados. ¿Por hacer un
mal trabajo? Más bien por tratar de amoldarse a un estilo más
clásico del que luciera en obras del virtuosismo gráfico de Vikings
y esa absoluta joya que es Dancer.
Y aunque no duró en
Marvel mucho más, Klein fue a parar a Image Comics, para embancarse con
otro currito que pasó por las grandes sin hacer demasiado ruido,
para embarcarse en una saga de ciencia ficción espacial fronteriza
bajo el título de Drifter. Con Ivan Brandon a los
guiones, la serie se mueve por el siempre suculento apartado de la
combinación entre colonización estelar y western. ¿Los lápices de
Klein? Abajo una muestra. Más en su espacio personal, aquí o aquí.
lunes, 23 de marzo de 2015
Red One #1, de Xavier Dorison y los Dodson
Desde
que los Estados Unidos ganaron la guerra contra sus rivales
ideológicos y la cultura capitalista del libre mercado se estableció
como imagen del bienestar, no han sido pocas las obras de ficción
que se han planteado como se vería el mundo desde una óptica
diferente. Creada por el guionista francés Xavier Dorison y
un matrimonio Dodson que al fin parece haber recuperado el
entusiasmo, Red One se presenta como una contrapartida del
Capitán América de toda la vida, si este hubiera tenido su germen
en la Unión Soviética de los años setenta, en lugar de la
América de la II Guerra Mundial.
Pero
nada de limitarse a trasponer una visión del mundo antagonizada
al país rival y plantarle una el escudo soviético a una versión
indolente del mismo personaje, sino que la nueva serie de Image
Comics reinventa a su heroína según los ideales de un paraíso
soviético que busca la paz mundial, frente a los perversos idearios
que amenazan sus fronteras. Presentándonos en una URSS ajena a la
exaltación del individuo, donde la protagonista es considerada una
soldado más a pesar de sus increíbles habilidades, los
electrodomésticos rotos se arreglan en lugar de tirarlos para
comprar uno nuevo, la imaginería de ficción es denostada a favor de
lo real y son los propios conciudadanos los que abastecen los
mercados del partido, Ava es una despampanante wonder
woman rusa entregada a su país y a su comunidad, que
práctica la bisexualidad libre en grupo y la diversión acompañada
de alcohol con tabaco.
Todo es mejor en la madre patria
Un derroche de amor por sus congéneres y la aventura, que disfruta de una vida idílica en la URSS de 1977, hasta que es elegida para infiltrarse en los Estados Unidos. Unos Estados Unidos en los que el extremismo religioso amenaza con infiltrarse en los más altos estamentos de poder, convirtiéndose en una peligro para el resto del mundo con su propaganda censora y homófoba, elevando a un vigilante psicópata como salvador y superhéroe de la nueva América.
Con
el objetivo de establecerse en el país norteamericano para dar forma
a un nuevo icono que -armado con la hoz y el martillo- ponga
fin al integrismo estadounidense y les enseñe una nueva forma de
entender el mundo, Red One es una lectura de carácter ligero, que
recuerda poderosamente a todos aquellos cómics y películas en los
que el héroe de los USA prevalecía frente la amenaza del enemigo
comunista. Pero debajo de su estructura clásica, esconde una
finísima sátira en su forma de enfrentar las ideologías de ambas
naciones, sin nunca llegar a demonizar a una ni convertirse en una
apología de la otra.
El integrismo USA ataca again
Y
aunque la sociedad comunista la que se presenta como puramente
heroica, muestra una URSS en la que el rechazo del derroche se
acompaña de mercados con colas en las puertas y estanterías
pobremente abastecidas. Un cómic que sin ser la octava maravilla, no
deja de plantearte cuestiones sobre los beneficios y lacras de ambos
sistemas, presentándonos la virtud desde una óptica a la que
habitualmente estamos acostumbrados.
Tan
francés que en España seguramente lo acusarían de bolivariano, Red
One #1 Xavier Dorison y el matrimonio Dodson puede a veces saturar
con su abundante texto y la frivolidad que lo envuelve todo. Pero la
agudeza con la que aborda es tan mordaz y necesaria para los tiempos
que corren, que se convierte en una lectura necesaria como
aproximación básica a las principales ideologías sobre las que se
levanta el mundo en el que vivimos.
Los americanos piden muchas cosas raras
lunes, 9 de marzo de 2015
Descender #1, de Jeff Lemire y Dustin Nguyen
Cuando
afirmamos que las máquinas supondrán el fin de la humanidad,
solemos pronunciarlo como si fuera una amenaza en lugar de una
promesa de esperanza. Esperanza por un futuro en el que el ser humano
no es el techo de la evolución del pensamiento consciente, y en el
que tendremos la oportunidad de expandirnos en la búsqueda de nuevas
fronteras, a través de nuestros hijos sintéticos. Sin embargo, en
lugar de actuar como padres orgullosos, miramos al imparable avance
de la tecnología como ancianos recelosos que temen volverse
obsoletos. No nos culpéis. Toda transición conlleva conflicto, y en
este caso sabemos que tenemos las de perder.
Con
un cocktail de referencias que va desde el 'Astro Boy' de Osamu
Tezuka hasta la ciencia ficción de Philip K. Dick, pasando por Jack
Kirby, 'El Quinto Elemento' y la segunda encarnación de 'Battlestar
Galactica', Jeff Lemire y Dustin Nguyen dan forma en
'Descender' a un futuro en el que la prosperidad de la
civilización humana se ha venido abajo, por un ataque de origen
desconocido. Desde las ruinas de nuestro mundo comenzará a brotar la
esperanza de un nuevo mundo, en una epopeya de tierra baldía, en la
que el guionista apela al clásico de la mirada inocente de un niño
frente a la monstruosidad del cataclismo.
Tanteando
varias cuestiones éticas sobre nuestro presente y porvenir, mientras
nos ofrece los primeros retazos de un complejo mapa interestelar, los
lápices de Dustin Nguyen otorgan una deliciosa y espectacular elegancia a
este futuro hipertecnológico noir. Plenamente cinematográfico, no
es de extrañar que Hollywood no haya tardado en hacerse con los
derechos de la que promete ser una de las grandes promesas de Image
Comics para este presente 2015. O al menos, si es que la
evolución no nos deja por el camino.
viernes, 13 de febrero de 2015
'The Humans', Sons of Monarchy
Una
distopia gobernada por simios no es suficiente. En una
época en la que lo insólito se asume como habitual y la alienación
nos ha envuelto en una burbuja lisérgica de constante estímulo
sensorial, hay que llevar la broma un paso más allá para dar cuenta
de lo más desquiciado de nuestra naturaleza. Los humanos como
especie subyugada es lo de menos, en un festival de bandas de moteros, peleas clandestinas,
orgías desmadradas, tráfico de estupefacientes, conflictos bélicos
al otro lado del mundo e intereses políticos poco éticos que nos
ofrecen Keenan Marshall Keller y Tom Neeley. Una
recreación de lo más turbulento de los principios de los setenta
con toda su descarnada forma de entender la vida fronteriza y sus más
disparatados excesos. Con monetes como gente y personas como mascota.
Una macarrada de un solo chiste, soez, ridícula y con genitales
volando por todas partes, pero tan maliciosamente divertida que
cuesta negarle sus buenas risas. Tan elegante como un índice
erecto, 'The Humans' supone un volantazo a la imagen de
“prestigio de salón” de la actual Image Comics. Monos moteros y
delincuencia de puerta de WC en un local de carretera, en una
recreación groovy de 'El Palneta de los Simios' que nos hace olvidar el miedo a dejar de ser los
que tenemos la sartén por el mango, para reparar en el pelaje
simiesco que lucimos mientras todavía lo hacemos.
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