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lunes, 6 de junio de 2016

Reborn, Mark Millar y Greg Capullo call it heavy metal


A pesar de que llevo tiempo sin disfrutar ninguna de sus obras como lo hiciera en los tiempos de Authority, The Ultimates o Enemigo del Estado -de hecho suelo esperarme a las adaptaciones de Matthew Vaughn, que es donde más fácilmente conecto con ellas-, si hay algo que me fascina de Mark Millar es su habilidad para parir contundentes premisas con gran potencial para el cine. Pura carne de Hollywood que tiene a la mitad de los estudios de la meca del séptimo arte peleándose por trasladar sus cómics a la gran pantalla, si eres de los que albergan la sospecha de que el guionista británico lleva de un tiempo a esta parte completamente dedicado a crear propuestas golosas que le hagan engrosar su cuenta bancaria a base de derechos cinematográficos, la sinopsis de su próximo Reborn difícilmente te va hacer cambiar de idea.

miércoles, 11 de marzo de 2015

La coherencia del nuevo Batman


Tras tanto tiempo viendo como un misterioso enmascarado mantiene a raya a los criminales sin más herramienta que el miedo en forma de disfraz de murciélago, era de esperar que las autoridades de Gotham acabasen tomando nota y viendo que tenían sobre la comisaría de la ciudad el botón de encendido de una idea con potencial. Industrias Wayne abrió la veda cuando decidió implicarse con Batman Incorporated, y solo era cuestión que el departamento de policía dar validez a su propio Caballero Oscuro. Un implacable brazo del sistema en contraposición al esquivo y contestatario Batman original, excesivamente severo con los proyectos creativos de la clase alta de la ciudad, e indulgente con la muchedumbre holgazana que medra en las caches.

Presentado con el estruendo mediático esperado de toda reinvención radical de un personaje clásico que se precie, el nuevo Batman no solo luce una aparatosa armadura con orejas puntiagudas y pistolón a juego, sino que también puede apreciarse en su exoesqueleto los colores identificativos de la policía y las luces roja y azul a juego. Rasgos que junto a sus aires de RoboCop anabolizado o Juez Dredd mecánico, hacen pensar que quizás Scott Snyder está planeando dar una vuelta de tortilla al 'Knightfall', que bien usado podría servirle para dinamitar la imagen del Batman reaccionario del Frank Miller 2.0 y la patada en la boca.

Una mirada perversa al justiciero de la capa como protector del orden establecido, como imagen de una nueva Gotham en el que uno a uno se han ido eliminando todos lazos con el murciélago, volviéndola a dejar en manos de los que han comido bien. Este ya no parece el Batman que les amargaría la cena irrumpiendo en mitad de la noche en sus áticos, sino uno manufacturado para amedrentar al hombre de a pie, y permitir que sus amos puedan seguir explotándolo. 

 
Por imágenes en las que aparece apuntando con su arma a la Batgirl hipster de Cameron Stewart -por el más que probable delito de ser joven y pizpireta-, la lógica dicta que este nuevo Batman llega con la misma intención de ocupar el lugar de nuestro Hombre Murciélago de toda la vida, como el Superior Spider-Man de Slott lo hizo con el Peter Parker original. Ahora la cuestión es si asomara en esta nueva etapa del Batman de Snyder y Capullo algo del vitriolo corrosivo del Verhoeven al que parecen apelar. Con este monstruoso vigilante mecanizado cuyas proporciones se antojan exageradas hasta el histrionismo ya parecen tener medio camino hecho. Que sepan aprovecharlo es una materia que todavía está por evaluar.